
Mi alma está contigo
No llores por mí, Argentina (canción)
Mi vi entera te la dedico
No te alejes, te necesito.
Es una de las figuras más emblemáticas de la bibliotecología nacional por su vocación de servicio. Dueño de una actitud mística que trasciende su vida profesional y personal, dejó un legado que hoy perdura con su hija, heredera de sus virtudes y enseñanzas.
Antonio Maldonado Luna, bibliotecario a tiempo completo, nació el 8 de agosto de 1942 en el tradicional barrio del Rímac, donde creció y estudió. Por aquella época era conocido como el barrio de San Lázaro o «de Abajo el Puente», y se caracterizaba por sus calles empedradas, por su ambiente apacible, por la presencia de puentes y su cercanía al río Rímac.
Sus padres fueron don Antonio Maldonado Garavito y doña Petita Luna Olivares. En abril de 1957, siendo un jovenzuelo con apenas quince años, realizó trabajos menores en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde permanecería para siempre. Con esfuerzo, estudio y dedicación fue escalando hasta trabajar como auxiliar de biblioteca.
Por sugerencia de la directora de la Biblioteca Central de la PUCP, Carmen Villanueva, postuló a la Escuela Nacional de Bibliotecarios, de la cual egresó con la promoción de 1977. Recuerdo que su relación con nuestra profesora de Literatura Infantil, Elsa Echegaray Molina, fue la clásica historia del alumno que se enamora de su maestra. Con el paso del tiempo, como dos almas bendecidas por la luz del amor, entrelazaron sus vidas para siempre un 21 de enero de 1978 en la Iglesia Santísima Cruz del poético distrito de Barranco. Después llegó el fruto de esa dulce unión: su hija Luisa Fernanda, quien se convirtió en politóloga y abogada.
En su vida profesional, Antonio Maldonado desarrolló un interesante trabajo como bibliotecario hasta llegar a la jefatura de la biblioteca de Ciencias, ganándose el aprecio de compañeros, docentes y autoridades de la PUCP. Era un bibliotecario en una época que no era viral e inmediata, donde lo más importante era la vocación de servicio y el conocimiento para brindar una atención personalizada. Antonio era agradable, simpático, de buenos modales, con una singular empatía con los usuarios. Sus acciones siempre estuvieron respaldadas por la honestidad y su reputación resultaba impecable precisamente por su vocación de servicio y don de gente.
Además de buenos sentimientos, tenía gustos refinados: era muy aficionado al buen teatro y la ópera, disfrutaba de las grandes obras como La traviata de Giuseppe Verdi, Carmen de Georges Bizet, La bohème de Giacomo Puccini, El barbero de Sevilla de Gioachino Rossini. En la zarzuela eran sus favoritas La verbena de la Paloma, La revoltosa y Luisa Fernanda.
Más adelante, Antonio se licenció en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y se incorporó al Colegio de Bibliotecólogos del Perú. También fue miembro fundador del Sindicato Único de Empleados y Obreros de la PUCP. Después de 48 años de labores, se jubiló el 1 de mayo del 2005.
La partida de Antonio Maldonado es de aquellas que no pueden sino ser impactantes e inesperadas. El 5 de mayo de 2013, un infarto interrumpió los 71 años de una vida de puro brío, humor y provocación, dejando a su esposa e hija en un profundo dolor. Antes de partir pidió que no lo lloren, más bien que lo recuerden con mucho amor. Sus compañeros de la PUCP, su residencia laboral por largos años, quedaron sumamente consternados con la noticia. Estas fueron las palabras memorables de su hija en su sepelio:

«Ha sido un privilegio tenerlo como padre. Toño fue amor y nobleza en una misma persona. Fue y será mi mejor amigo».
Luisa Fernanda Maldonado Echegaray
Foto: Antonio Maldonado en la PUCP. 29 de marzo de 2005. Créditos: Vanessa Abanto Bernal en Alexandri@.
Dicha frase refleja todo lo que significa Antonio Maldonado Luna, no solo para su hija, sino también para quienes lo conocieron en el trabajo, en el barrio de La Punta, en la Biblioteca Nacional, en la Universidad de San Marcos. Siempre fue el amigo elegido.
La última vez que lo vi con su amada esposa fue en el Congreso de Bibliotecólogos realizado en la Biblioteca Nacional en noviembre del 2012. No hubiera querido escribir nunca el nombre de Antonio Maldonado Luna con sus extremos cronológicos completos, pero así es la vida, nuestro querido Toño habitará en nuestra memoria por siempre.
Homenaje a su memoria
Una década después, en setiembre del 2024, la comunidad del distrito de La Punta le rindió homenaje bautizando la biblioteca municipal como «Antonio Maldonado Luna». En la inauguración estuvieron presente el alcalde Ramón Garay León, y la jefa Institucional de la Biblioteca Nacional del Perú, Ana Peña Cardoza, acompañando a su viuda, la bibliotecaria Elsa Echegaray Molina y su hija Luisa Fernanda. El evento contó con la presencia de autoridades políticas y personalidades del mundo cultural.
La Biblioteca Municipal «Antonio Maldonado Luna» está ubicada en el Centro Integral del Adulto Mayor (CIAM). Cuenta con hemeroteca, mediateca, sala infantil y de lectura para beneficio de los estudiantes y vecinos de todas las edades.

Su legado
La vida de Antonio Maldonado Luna estuvo llena de acontecimientos positivos, de amor y lealtad. Dejó un hondo vacío al partir a la eternidad.
En muchos momentos de su labor bibliotecaria no solo mostró su brillantez, sino también su extraordinaria humildad. Fue un ejemplo de perseverancia, de trabajo y de saber ser profesional, virtudes que lo convirtieron en uno de los bibliotecarios más queridos de la PUCP y del gremio de bibliotecarios.
Su historia inspira a colegas, docentes y personas que lo conocieron en vida. Hoy su legado sigue vivo porque fue una persona que le dio importancia a la familia y a la amistad.
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Nació en Ayacucho. Bibliotecólogo de profesión con más de cuarenta años de experiencia. Narrador de cuentos, autor-editor de cinco obras de corte infantil-juvenil. Colabora en revistas y periódicos de Huaral. Gestor de los blogs: Bibliotecologia & Literatura, Crónicas de Pauza y Huaral Huaralín. Trabaja en la biblioteca del SENATI. Contacto: fpebe9@yahoo.com