Su consigna: que el nuevo jefe de la Biblioteca Nacional sea un bibliotecólogo. Ese es el objetivo principal de la Asociación de Bibliotecólogos del Perú (ABP). A la cabeza, Paul Pajuelo (35) como presidente, seguido por Enrique Mori (45) como vicepresidente. Además, para esta entrevista los acompaña Pablo Inofuente (46), coordinador nacional. Se trata de un grupo osado, impetuoso, al que hay que reconocer que sabe moverse mediáticamente; pero también es un grupo polémico. Sobre sus actos y sus dichos, no todos están de acuerdo.
Hay un comunicado del Colegio de Bibliotecólogos del Perú donde deslindan de la ABP. El comunicado dice: “La Constitución del Perú ampara la libre asociación de las personas con fines diversos, pero son los colegios los órganos representativos de profesionales en toda la República”. Siendo así, ¿para qué una asociación?
Paul: El hecho de que exista el Colegio o la Asociación fortalece la profesión ante nuestros colegas, ante el país, y eso hacemos, que juntos nos podamos complementar y hacer que se respete el valor que tiene nuestra carrera.
¿En qué sentido complementan al CBP?
Paul: Por ejemplo, el CBP no agremia a aquellas personas que durante quince o veinte años han trabajado en bibliotecas y no forman parte del colegio (sic). A nivel nacional hay muchas personas que se encuentran en ese estado. Incluso, donde yo trabajo, hay una persona que se encuentra veinte años trabajando, es un profesional destacado, conoce muchísimo sobre nuestra profesión.
¿Bibliotecólogo?
Paul: No. Es un profesional que no es de la carrera, pero conoce muchísimo de la biblioteca. Brinda un servicio excelente y es reconocido. A ese tipo de personas los convocamos y los agremiamos para poder trabajar con ellos y juntos articular un buen grupo.
¿Aunque no sean bibliotecólogos?
Paul: El requisito es que hayan trabajado mínimo dos años en alguna biblioteca. Pueden ser egresados de bibliotecología, estudiantes o personas que hayan trabajado, mínimo, en una biblioteca.
¿Cómo está conformada la ABP?
Paul: Partimos de un consejo directivo, luego de un presidente y un vicepresidente y también las secretarías ejecutoras donde estarán los asociados trabajando en las campañas para que el nuevo jefe de la Biblioteca Nacional sea un bibliotecólogo, así como en las instituciones públicas y privadas donde haya biblioteca.
¿Ese es el único objetivo?
Paul: Ese es el principal. Pero de ahí se desprende la parte de investigación y formación donde hay colegas que necesitan apoyo, o en la parte de software o gestión. También en relaciones internacionales. Por ejemplo, cuando hicimos la campaña, hemos tenido bastante contacto con Argentina, Venezuela y Colombia, donde también surgió esta idea de por qué no un bibliotecólogo para el cargo de jefe de la biblioteca nacional.
José Carlos Mariátegui decía que la Biblioteca Nacional es la cenicienta del presupuesto público. Esto hace pensar que los problemas tal vez vayan más allá del profesional que dirija la Biblioteca. Por eso, si un bibliotecólogo llegara a ser el jefe institucional, ¿qué ventajas tendría que no tiene otro profesional?
Enrique Mori: Un bibliotecólogo impulsaría más los temas bibliotecológicos. Resulta que los últimos directores más se han estado dedicando a su campo de acción. Ramón Mujica se ocupaba de sus temas de arte, Hugo Neira a sus temas sociológicos y Mannarelli a sus asuntos de género. Se han dejado de comprar libros, recién se está retomando el Sistema Nacional de Bibliotecas, pese a que en la década del noventa había un impulso con la fallecida Martha Fernández que ha sido la última directora bibliotecóloga. Otro aspecto también es el tema profesional que vería este bibliotecólogo dado que algunos cargos, que son puestos claves, en algunos casos son dirigidos por otros profesionales. Por ejemplo, hace un año, en el área de procesos técnicos, en vez de que esté un bibliotecólogo, estaba un historiador. Y estuvo un buen tiempo. Un bibliotecólogo debería arreglar la casa.
Paul: Quiero añadir que no se trata tanto de una persona, sino de profesionales capacitados, un bibliotecólogo en la jefatura que realmente pueda lograr un impacto social, un cambio. Porque con ese cambio podemos justificar un presupuesto en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
¿Pero solicitar un mejor presupuesto no es algo que no les haya importado a los directores anteriores?
Paul: Más que importado o no, el MEF mira el impacto que tienes en el país. A los programas sociales les dan todo el presupuesto que se necesita. Cuando se dijo que la educación necesitaba más presupuesto, le han dado buena parte (aunque falta todavía). ¿Quién se va a oponer cuando, como decía don José de San Martín, las bibliotecas destinadas a la educación universal son más poderosas que las armas? ¿Quién se va a oponer cuando está dispuesta a cumplir el apoyo a la educación, el cuidado del patrimonio…
Aunque la realidad puede ser muy contraria a lo que uno piensa, ¿no? Ahora, en una nota del diario El Comercio, Ezio Neyra menciona que tuvo una reunión con ustedes. ¿Podrían contarnos sobre qué se conversó?
Enrique: Nos recibió muy bien. Le explicamos cuáles son los fines de la asociación, que es que un bibliotecólogo sea el jefe de la Biblioteca Nacional, sin embargo, como ya estaba su designación, manifestamos que estamos para apoyar y ver puntos comunes para encontrar una salida inmediata a algunos problemas que tiene la Biblioteca Nacional. Le explicamos sobre el problema con el señor Mujica que acusa a los bibliotecólogos de ladrones y otros temas relacionados al caso de los libros robados y sobre qué es lo que espera la población de la BNP para el Bicentenario, que es también una fecha especial porque se va a cumplir el bicentenario de la institución. Esos aspectos fueron los que más se plantearon a parte de algunas denuncias que teníamos de parte de algunos trabajadores.
Paul: Nosotros fuimos primero a dejarle en claro que deseamos que un bibliotecólogo sea el jefe de la Biblioteca Nacional. Le llevamos propuestas concretas para mejorar la BNP, consensuadas al interior de la asociación para esta institución que es un faro cultural para el país. También le manifestamos la predisposición de nuestros asesores, personas con destacada labor en la carrera para que él solo tenga que levantar el teléfono y contactarse.
¿Y él asumió algún compromiso?
Tenemos el cargo sellado donde llevamos nuestras propuestas. Ya dependerá de él si lo lleva a la práctica.
Antes de la reunión con Ezio Neyra tuvieron una entrevista con Lima Gris. Ahí tuvieron unas declaraciones un poco fuertes…
Enrique: Nos comentó que había visto las entrevistas, que había entendido nuestros comunicados, pero no pidió más explicaciones. Obviamente, sabe a través de sus asesores cómo estamos tratando este tema y parece que le dijeron que básicamente se centrara en las propuestas que teníamos.
En esa entrevista dijeron que el presidente Vizcarra era un mentiroso. Tal vez por eso no toda la comunidad bibliotecaria esté de acuerdo con esa actitud. ¿Ustedes quisieran decir algo al respecto o mantienen su posición?
Enrique: Pienso que hay algo de responsabilidad de parte del presidente, porque pese a que ya teníamos algunos pronunciamientos con documentos enviados a la PCM respecto a la elección de un profesional, de la noche a la mañana ya se corría la noticia de que Ezio Neyra sería el elegido. Ese era en parte la molestia con el presidente Vizcarra.
Paul: Había rumores de que Salvador del Solar había presentado a Ezio Neyra al presidente. El presidente lo había entrevistado y decidido su designación. Esos rumores nos llegaban. Por otra parte, ya se estaban entrevistando a algunos colegas. Por nuestro lado, la ministra [de cultura] nunca aceptó recibir nuestras propuestas, porque esa era la idea, plantearle propuestas claras y si ella lo decidía también una terna de profesionales de acuerdo a sus méritos porque entendemos que es un cargo de confianza.
Ezio Neyra tiene algunos méritos.
Paul: Estudió Sociología, pero no tiene el título de sociólogo. ¿Para qué voy a pertenecer al Colegio de Bibliotecólogos? ¿Para qué voy a sacar mi título si yo puedo ser jefe de la Biblioteca Nacional sin título? Entonces que no se titule nadie. Es un poco incoherente eso, ¿no?
Dirigía la Dirección del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura.
Paul: Ahora que está en el cargo se va a materializar si tiene las condiciones o no. Además, hay algunas denuncias muy serias de Lima Gris. Los periodistas han investigado que usaba la dirección para promocionar su bar. Habría que revisar.
Por otra parte, la Biblioteca Nacional tiene dos sindicatos, ¿hay bibliotecólogos en esos sindicatos?
Enrique: Sí, el mayoritario y el minoritario. Yo soy cabeza del minoritario. Por ahora estamos pasando unos inconvenientes en cuanto al registro en el Ministerio de Trabajo y por ese inconveniente no tenemos la suficiente fuerza para responder o actuar, pero sí el sindicato mayoritario. Obviamente que el mayoritario siempre va a tocar la puerta para que, ante un tipo de conflicto, ver cómo lo solucionamos. Eso se trata a puerta cerrada. No sabemos a ciencia cierta cómo estarán tocando el tema puesto que este sindicato mayoritario tiene denuncias contra la anterior directora por manejo de fondos y también contra la gestión de Alejandro Neyra por el recorte de un vale de alimentos, porque también se podía compra medicina con esos vales.
¿Cómo están tomando las declaraciones del periodista David Hidalgo? A dicho cosas sobre ti.
Enrique: No les he hecho caso porque caen en saco roto. Si tiene pruebas o conoce a alguien, ¿por qué no las presenta? Es más, si él tenía información de quién le vendió a una de sus fuentes un libro que supuestamente estaba en la biblioteca, ¿por qué no denunció a ese vendedor y al comprador? Obviamente, no quiso hacerlo porque es su fuente.
Contradictoriamente, casi al final de su libro La biblioteca fantasma, Hidalgo termina diciendo: “El Perú es un país de bibliotecarios maltratados”, pero en otra parte del libro Ramón Mujica sugiere que las personas que formaban parte de las mafias conocían cómo acceder a las bóvedas, cómo eliminar un registro bibliográfico, que conocían todo el sistema bibliotecario.
Enrique: Es que Mujica ve el sistema de pedidos y control dentro de los depósitos y piensa que si hay pérdidas ellos tienen que ser. Por eso insisto: si ahorita hicieran un inventario y faltaran una o dos obras dentro de los repositorios a los que ahora no podemos poner ni un pie por años, ¿a quién le van a echar la culpa?, ¿a la gente que ya no entra al depósito porque están de referencistas o a los que están encargados ahí? Lo que pasa es que Mujica también vio la oportunidad de explotar este tema debido a que, si uno evalúa sus acciones, prácticamente toda la parafernalia mediática es el tema de los libros robados, las cartas de Cáceres…
Pablo Inofuente, ¿qué nos puede usted comentar?
Pablo Inofuente: Si bien el cargo de confianza es potestad de la autoridad competente, no se podría poner como ministro de economía a un médico, no tiene pies ni cabeza. En la historia de la Biblioteca Nacional han sido de otras carreras, solo dos o tres han sido bibliotecólogos; la diferencia es abismal, por eso es que la ABP está preocupada.
Quiere decir que no está mal que sean profesionales de otras carreras, sino que no se le está dando la oportunidad también a los bibliotecólogos, ¿cierto?
Pablo: Queremos que se dé más oportunidad. Yo fui director de la biblioteca de la Universidad Agraria de la Selva y se hizo un cambio radical, ha servido bastante para que se acrediten las facultades. Un bibliotecólogo es mucho mejor. Va a aportar sus conocimientos con más exactitud para que se logren los objetivo a un mediado o breve plazo, lo cual harían también de otras carreras, pero con más esfuerzo y a largo plazo. En los diez años que trabajo en provincia he visto las bibliotecas comunales, municipales, escolares, todo está abandonado. Yo he tenido la oportunidad de hacer el primer seminario internacional de Bibliotecología en la selva donde han ido de bibliotecas comunales, escolares, y han contado sus experiencias.
¿Qué haría la ABP para ayudar a reducir este abandono de las bibliotecas?
Pablo: Pienso que, de la mano del Colegio de Bibliotecólogos, de la mano de la Biblioteca Nacional, mucho mejor si el director fuera un bibliotecólogo, entendería el lenguaje porque el sociólogo entiende cómo funciona la sociedad, pero no sabe si ese libro va a llegar al pueblo y va a cambiar a la persona. A mucha gente del campo no les ha llegado el libro, la cultura. Y que no solo sea bibliotecólogo el jefe en la Biblioteca Nacional, sino también en las bibliotecas universitarias.
La ABP también pretende eso, que un bibliotecólogo sea el encargado en cada biblioteca. ¿Cómo piensan trabajarlo?
Enrique: Está estipulado en la Ley del Bibliotecólogo.
Y si está la Ley, ¿para qué está la Asociación?
Enrique: Para defender a los trabajadores, bibliotecólogos o de otra especialidad que laboran tantos años en una institución y que muchas veces otros profesionales los abusan sometiéndolos a actividades que no corresponden a sus funciones o los sobrecargan de trabajo, entre otras cosas que nos vamos enterando.
Si un egresado de bibliotecología pertenece a la ABP, ¿debería despreocuparse por colegiarse porque ustedes lo van a defender?
Paul: No. El Colegio de Bibliotecólogos está facultado específicamente para la defensa profesional. Ahora que nosotros podamos apoyar, que nosotros podamos colaborar con eso, es un complemento.
Enrique: Y más que todo seamos la voz visible de aquellos que tengan un problema, de esa manera podemos hacer públicas las denuncias y tratar de buscar ante las autoridades correspondientes la solución de las dificultades que puedan tener los trabajadores de las bibliotecas.
¿La ABP tendría un corte sindicalista?
Enrique: Lo que pasa es que tendríamos que registrarlo en el Ministerio de Trabajo que es un poco más exigente en cuanto a los trámites, actas, asambleas y todo ello.
Paul: Para eso estamos cumpliendo con nuestros asesores del área legal todo lo que es concerniente a una asociación. Estamos cumpliendo escrupulosamente ante los notarios públicos y ante la Sunarp para que no haya ninguna objeción al respecto. Y déjame decirte que, desde el punto de vista económico, ha tenido un costo bastante oneroso. Para cada trámite hay que desembolsar un fondo. En base a ello, nosotros asumimos la responsabilidad ante nuestros colegas y ante el país.
Hay colegas que han manifestado que no se sienten identificados con la ABP, ¿qué les dirían para que cambien de opinión?
Paul: Estamos dispuesto a sentarnos y dialogar. Estamos muy abiertos a las propuestas e ideas de todos nuestros colegas.
Para más información sobre la ABP, puede contactar al siguiente correo: abpbibliotecologos@gmail.com
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Licenciado en Bibliotecología por la UNMSM. Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medio Ambiente y Salud por la Universidad Carlos III de Madrid. Contacto: cesar_023@hotmail.com
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César Antonio Chumbiaucahttps://www.revistaotlet.com/author/cchumbiauca/
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César Antonio Chumbiaucahttps://www.revistaotlet.com/author/cchumbiauca/
Encuentro diversas incongruencias en las respuestas que dan. Por ejemplo, en cuanto a sindicatos en la BNP, no son representativos de los trabajadores BNP por cuanto la mayoría conforma el grupo de los no sindicalizados, que son más que el doble de los dos sindicatos juntos, o el triple del sindicato mayoritario que mencionan. Por lo tanto, no vemos ninguna representatividad. Agregamos además que el sindicato que dicen mayoritario, actualmente sufre de renuncias de sus miembros por problemas internos.
Lamentablemente, el jefe institucional BNP parece que desconoce de esto e inclusive los medios hablan del sindicato de los trabajadores BNP dando la mala impresión de que su voz es de todos los trabajadores BNP, y no es así.
En cuanto a su denominación, Asociación de Bibliotecólogos, no sé en qué se inspiraron porque en nuestros países vecinos existen las Asociaciones de Bibliotecarios, que son aquellas personas que sin ser profesionales bibliotecólogos, ejercen funciones en una biblioteca, y justamente estas asociaciones están para apoyar e impulsar el trabajo bibliotecario que realizan sus asociados.
Es la sociedad civil bibliotecaria organizada. Y en México, por ejemplo, está Asociación está muy bien organizada e inclusive sus presidentes han sido bibliotecólogos. Pero tienen muy bien en claro que un bibliotecario no titulado o formado técnicamente no podría ser miembro o directivo de su colegio profesional.
Sin embargo, trabajan de la mano y el colegio profesional les apoya grandemente, lo cual cómo podría ser aquí, si desde la concepción de su nombre está errado, creando confusión entre Asociación de Bibliotecólogos y Colegio de Bibliotecologos, en donde los miles de bibliotecarios de provincias no se sienten para nada representados, porque para eso tendrían que ser bibliotecólogos. Porque, de hecho, el CBP está bien asentado a nivel de colegios profesionales, por Ley.
Yo me pregunto, ¿cuál es el propósito de este grupo de colegas?, ¿solo quieren oportunidades personales por fuerza, o porqué solo la BNP es su caballito de batalla cuando la problemática de las bibliotecas es a nivel nacional? Y ni qué decir de la parte legal que es donde falta trabajar mucho, por ejemplo, el reglamento del ejercicio profesional del bibliotecólogo, la Ley de Municipalidades, la Ley del Libro. Y en cuanto a las bibliotecas y bibliotecarios del país, especialmente públicas y escolares, hace falta el trabajo en redes, la capacitación, el uso de tecnologías, etc.
Colegas, hay mucho que hacer en nuestro país para estar dividiendo a los bibliotocólogos y estar desmereciendo a las asociaciones civiles organizadas.
Yo creo que como profesionales serios tienen que sentarse a analizar sus claros objetivos y retomar su camino con todas las potencialidades que tienen.
Una Asociación de Bibliotecarios es urgente en el Perú y muchos colegas lo vislumbramos hace tiempo en nuestro caminar capacitando y apoyando al personal bibliotecario del Perú. Y les sugiero asesorarse con el gran colega e investigador mexicano Filiberto Martínez, quien ha trabajado mucho al interior de estos dos entes, como Presidente de la Asociacion Mexicana de Bibliotecarios y en el Colegio de Bibliotecólogos de México.