Así se presenta Franciéle Carneiro Garcês da Silva: “Soy una bibliotecaria negra brasileña, nacida y criada en el sur de Rio Grande do Sul, uno de los estados de Brasil”. Franciéle es profesora adjunta en el Departamento Académico de Ciencia de la Información de la Universidad Federal de Rondônia (UNIR); profesora colaboradora del Programa de Posgrado en Gestión de la Información de la Universidad del Estado de Santa Catarina (PPGInfo/UDESC); creadora y gestora de Quilombo Intelectual y Coordinadora del Selo Nyota; y autora del libro Bibliotecología negra: de las epistemologías negro-africanas a la teoría crítica racial.
Entrevista
En tu niñez acceder a los libros no fue fácil. ¿Qué recuerdas de ese entonces?
Desde pequeña, me interesé por el mundo de los libros y creí que los sueños podían hacerse realidad, incluso siendo una niña que vivía en una zona rural de un pequeño municipio llamado Dom Pedrito. Fui alfabetizada por mi madre, quien me enseñó el alfabeto, los números y me mostró un mundo nuevo a través de la escritura, contándome sobre sus posibilidades, incluso antes de que ingresara a la escuela. A pesar de despertar mi interés por la lectura y la escritura, el acceso a los libros fue difícil. En la escuela rural en la que estudiaba no había biblioteca. Los libros a los que teníamos acceso eran antiguos cómics de la Turma da Mônica prestados por uno de mis compañeros de clase y los libros de texto desactualizados que los maestros recibían del gobierno para impartir las clases. Recuerdo que, en esos libros de texto, las imágenes que representaban a personas negras como yo eran retratadas como esclavizadas, sumisas y dominadas. Una de las imágenes más impactantes en mi memoria es una de las pinturas del pintor Jean-Baptiste Debret, quien registró en sus obras los castigos y torturas que sufrían los esclavizados durante el período de la esclavitud. Esta imagen y otras que componían los libros de texto de esa época contaban una historia que no era la que contaban mis ancestros, sino un discurso producido por quienes estaban en el poder, aquellos que esclavizaron a personas como yo durante más de 300 años.
La misma escuela, con sus pocos libros, reforzaba el racismo.
Sin embargo, mi mayor acceso a los libros se dio porque una tía me prestó algunas novelas Sabrina y Julia de su colección. Fue a través de ellos que comprendí la existencia de otros mundos posibles. Aunque esos libros también contaban historias de personas que no eran como yo, ya que yo no era rubia de ojos azules, ni vivía en un lugar donde no nevaba en Navidad. Por el contrario, mis experiencias eran las de una niña negra que se despertaba para ayudar a su padre en el campo, caminaba más de dos kilómetros para buscar agua para las comidas y para beber, que ya tenía responsabilidades de adulto incluso cuando todavía era niña, pero que soñaba con un futuro diferente al que ya había vivido a una corta edad, y veía la lectura y los estudios como posibilidades para cambiar su vida y la de su familia. En ese momento, mi hermana menor y yo soñábamos con ir a la ciudad, conseguir un trabajo, seguir estudiando y ayudar a nuestra familia.
La tenías clara: apostarle a los estudios y la lectura. Síguenos contando.
A los 14 años logré ir a la ciudad, terminé mis estudios, aprobé el examen de ingreso a la universidad, pero no pude continuar con el curso porque era de pago. Me casé, me mudé al estado de Santa Catarina y finalmente tuve la oportunidad de cambiar mi realidad a través de la biblioteconomía. Fue gracias a mi interés por los estudios que, a los 25 años, decidí presentarme al examen de ingreso para estudiar Biblioteconomía. Recuerdo que un compañero de trabajo me contó que la Universidad del Estado de Santa Catarina (UDESC) era una universidad pública estatal y que había la posibilidad de estudiar Biblioteconomía en esa institución. Busqué información sobre el curso y escuché a la profesora Gisela Eggert-Steindel hablar sobre el curso y el perfil del profesional graduado en esa institución. A pesar de ser consciente de todas mis lagunas de aprendizaje, que se remontan a mi infancia debido a mi historial de educación primaria en una escuela seriada, y de las dificultades financieras, decidí tomar un curso preparatorio de pago en el SESC, donde aprendí mucho sobre el proceso de admisión y logré presentarme al examen de ingreso y quedar clasificada entre los primeros puestos del curso.
Al fin lo habías logrado, ¿cómo te sentiste?
Fue un momento de gran felicidad ver mi nombre en la lista de admitidos. Recuerdo que me emocioné y le dije a mi esposo y a mi hermana: «¡Pasé! ¡Lo logré!» A partir de ese día entendí que mi camino estaría en este campo en el que me esfuerzo tanto por ser más humana y para que las personas bibliotecarias sean agentes de cambio social en las sociedades, principalmente posibilitando el acceso a nuevos mundos y la creación de otras realidades para aquellos que, como yo, se encuentran/se encontraron en situación de vulnerabilidad informativa.
Ya como estudiante de bibliotecología, ¿qué desafíos se te presentaron?
Ingresé al curso de Bibliotecología – Habilitación en Gestión de la Información, en la Universidad del Estado de Santa Catarina en 2013 y me gradué en 2017. Durante la carrera, mi camino fue de mucha reflexión, aprendizaje continuo, desencuentros y desafíos que me hicieron convertirme en quien soy. Uno de esos desafíos se presentó al observar la ausencia de teóricos y teóricas negras en las asignaturas (disciplinas, en portugués) del curso de grado, así como la falta de preparación de los bibliotecarios para trabajar con las comunidades negras y sus necesidades de información. En el curso, aprendíamos desde asignaturas que abarcaban desde los Fundamentos de la Bibliotecología hasta las Tecnologías de la Información y la Comunicación sin siquiera comprender cuál era la contribución negra en el campo, incluso sin entender cómo los bibliotecarios estaban preparados para atender las demandas de las poblaciones negras de Brasil, que representan más del 54% de la población brasileña.
¿Qué hiciste al toparse con esa realidad?
Mi interés en la carrera estuvo en aprender sobre la historia y la experiencia negra, africana y afrodiáspora para entender el proceso de construcción de las injusticias históricamente cometidas contra las poblaciones de origen africano e indígena en nuestro país, al mismo tiempo que cursaba la carrera de Bibliotecología. Fue a través del Núcleo de Estudios Afrobrasileños (NEAB/UDESC) que construí un marco teórico negro que me ha acompañado desde la carrera y que respalda mis argumentos cuando defiendo la responsabilidad de los bibliotecarios en la justicia social, racial, de género e informacional.
En el curso, aprendíamos desde asignaturas que abarcaban desde los Fundamentos de la Bibliotecología hasta las Tecnologías de la Información y la Comunicación sin siquiera comprender cuál era la contribución negra en el campo, incluso sin entender cómo los bibliotecarios estaban preparados para atender las demandas de las poblaciones negras de Brasil, que representan más del 54% de la población brasileña.
La responsabilidad de los bibliotecarios…
Para mí, un profesional comprometido con la justicia social y sus dimensiones es aquel que no tolera el racismo, el sexismo, el machismo, la LGBTQIA+fobia, el capacitismo, y que trabaja activamente en la construcción de una sociedad equitativa. Entiendo además que estudiar el pensamiento de las personas negras, indígenas y otras no blancas o no hegemónicas nos permite construir otras perspectivas para entender el mundo sin la opresión colonial a la que estamos sometidos desde el día en que los colonizadores se apoderaron de las tierras indígenas brasileñas. Mi entendimiento radica en la fuerza y el poder que tenemos como profesionales de la información para trabajar en el acceso justo a la información, independientemente de la ubicación geográfica, el estatus social, la condición física, la pertenencia étnico-racial o la identidad de género de las personas. Con esta visión del mundo, decidí entrevistar a docentes de mi curso y entender la importancia de las cuestiones étnico-raciales en la formación bibliotecaria. Bajo la orientación de la profesora Daniella Pizarro, realicé una investigación que señaló las brechas en la formación bibliotecaria para trabajar con poblaciones negras, especialmente considerando la falta de capacitación docente en la comprensión de la legislación brasileña que orienta la enseñanza de la historia y cultura africanas y afrobrasileñas en las instituciones educativas del país, así como la falta de conocimiento sobre los autores negros que abordan las cuestiones étnico-raciales y los debates relacionados en bibliotecología.
Bibliotecología y racismo.
Como resultado de este trabajo, en conjunto con el trabajo del NEAB/UDESC y la articulación docente antirracista, se creó la asignatura de Relaciones Étnico-raciales en el curso de Bibliotecología de la UDESC, que forma parte del currículo actual. En 2017, ya graduada y ahora estudiante de maestría bajo la supervisión de Gustavo Saldanha en el Instituto Brasileño de Información en Ciencia y Tecnología en colaboración con la Universidad Federal de Río de Janeiro, amplié la investigación de grado a nivel nacional e investigué los cursos de Bibliotecología presenciales en Brasil. Analicé más de dos mil asignaturas con el objetivo de identificar la inclusión de las cuestiones étnico-raciales en los cursos, especialmente las culturas africanas y afrobrasileñas. Además, realicé entrevistas con docentes de diferentes regiones del país para comprender qué proyectos abordaban el debate étnico-racial, qué autores negros leían e incluían en las asignaturas que impartían y cuánto conocían sobre la contribución negra en el campo bibliotecológico-informacional. Con los resultados poco alentadores sobre el contexto del debate étnico-racial en la educación bibliotecaria brasileña, continué con mis estudios de doctorado bajo la orientación de los investigadores Rubens Alves da Silva y Fabrício José Nascimento da Silveira en Universidad Federal de Minas Gerais. Ahora tenía la tarea de presentar a mis colegas la contribución teórico-crítica negra en bibliotecología, especialmente en lo que respecta a denunciar el racismo en la profesión y en las bibliotecas, así como el epistemicidio y el memoricidio que la institución biblioteca ha llevado a cabo contra las comunidades negras y otras no hegemónicas a lo largo de los siglos. Aunque ya había abordado la bibliotecología negra en mi maestría, fue en el doctorado donde tuve la oportunidad de recopilar las producciones, teorías y conceptos de bibliotecarios negros críticos desde el siglo XIX.
¿Puedes contarnos un poco acerca de tu propuesta de epistemologías negro-africanas y teoría racial para la bibliotecología?
Teniendo en cuenta que la epistemología occidental tiene en su génesis el racismo epistémico, como se puede ver en Kant y Voltaire, por ejemplo, las epistemologías negro-africanas son un desafío a las lógicas racistas y epistemicidas que están presentes en lo que entendemos como epistemología o teoría del conocimiento. Las epistemologías negro-africanas se refieren a las reflexiones teórico-prácticas producidas por personas negras, africanas y de la diáspora africana en bibliotecología y ciencia de la información, las cuales son contranarrativas decoloniales a las perspectivas hegemónicas, colonialistas y racializadoras. Estas epistemologías son producidas por personas negras, africanas y de la diáspora africana que colocan la raza en el centro del debate en el campo y discuten, investigan y dialogan sobre los fenómenos relacionados con ella, como el racismo, la blanquitud, el mito de la democracia racial, la ideología de la supremacía racial blanca, la evasión racial o fuga de la raza, el epistemicidio, el apartheid epistémico, las microagresiones raciales, entre otros (GARCÊS-DA-SILVA, 2023).
Mis estudios demuestran que desde el siglo XIX ha habido bibliotecarios negros que son/eran teóricos críticos raciales, quienes reflexionaron sobre el impacto del racismo y la construcción social de la raza en sociedades racializadas, como en el caso de la sociedad brasileña y estadounidense, por ejemplo. Por lo tanto, la teoría crítica racial está inexorablemente conectada a la bibliotecología negra, precisamente porque, parafraseando a Angela Davis, no basta con ser una persona bibliotecaria negra, se necesita tener conciencia sobre el racismo y crear estrategias para enfrentarlo y sensibilizar a otros colegas para la acción antirracista en la producción teórico-científica de Bibliotecología y Ciencia de la Información, pero sobre todo para la formación profesional y el desempeño en unidades de información como bibliotecas, archivos, entre otros.
Y ahora, como docente, sigues trabajando para combatir el racismo desde tu disciplina profesional.
Actualmente, como profesora del Departamento Académico de Bibliotecología de la Universidad Federal de Rondônia (DACI-UNIR) y docente colaboradora en el programa de Posgrado en Gestión de la Información de la Universidad del Estado de Santa Catarina (PPGInfo-UDESC), mis proyectos están vinculados a la epistemología, historia y memoria de la biblioteconomía negra, así como a la formación y desempeño de bibliotecarios negros en favor de un protagonismo intelectual negro, antirracista, crítico, decolonial, interseccional e intercultural.
Además, mis investigaciones se relacionan con la justicia social y sus esferas (justicia racial, de género, ecológica, informacional), los estudios críticos de la blanquitud y la Teoría Crítica Racial en el campo bibliotecológico-informacional. La lucha contra el racismo epistémico y todas las formas de poder racial en la construcción científica del campo bibliotecológico-informacional es una de las misiones que tengo dentro del campo, y espero que con los estudios realizados hasta ahora y los proyectos y acciones por venir, podamos cambiar la percepción de cómo comprendemos la profesión bibliotecaria. ❦
Agradezco el interés en mi carrera y en mi trabajo en favor de la Biblioteconomía Negra y epistemologías negro-africanas, y estoy disponible para dialogar con aquellas personas interesadas en conocer más sobre este campo de investigación. Mi contacto es franciele.garces@unir.br.
Lecturas recomendadas por Franciéle
– Biblioteconomia Negra: das epistemologias negro-africanas à Teoria Crítica Racial, de Franciéle Carneiro Garcês-da-Silva.
– Coleção Bibliotecári@s Negr@s. Volúmen 1: Bibliotecári@s Negr@s: ação, pesquisa e atuação política. Volúmen 2: Bibliotecári@s Negr@s: informação, educação, empoderamento e mediações. Volúmen 3: Bibliotecári@s negr@s: Pesquisas e experiências de aplicação da Lei. Volúmen 4: Bibliotecári@s negr@s: Perspectivas feministas, antirracistas e decoloniais em Biblioteconomia e Ciência da Informação.
– Mulheres negras na Biblioteconomia.
– Epistemologias Negras: Relações raciais na Biblioteconomia.
– Informação, estudos étnico-raciais, gênero e diversidades, organizado por Izabel França de Lima e Maria Aparecida Moura.
– Dispositivo de racialidade: A construção do outro como não ser como fundamento do ser, de Sueli Carneiro.
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Mujer, madre, feminista, militante de la educación, la cultura y las bibliotecas. Posdoctora en Teoría Crítica y Perspectivas Político-metodológicas sobre Educación Inclusiva Transformadora en el Sur Global del Centro de Estudios Latinoamericanos de Educación Inclusiva (CELEI), Chile. Doctora en Ciencias Humanas y Sociales. Magíster en Educación. Cofundadora del colectivo social Bibliotecas a la Calle y de la Sociedad Latinoamericana de Estudios Interculturales SoLEI. Miembro de la sección Library Services to Multicultural Populations Section de la IFLA. Profesora asociada de la Escuela Interamericana de Bibliotecología. Coordinadora de la línea de investigación Bibliotecas desde Abya-Yala: Sociedades y Culturas desde el Sur, del Grupo de Investigación Información, Conocimiento y Sociedad de la Universidad de Antioquia, Colombia.