Irene Vallejo, autora de El infinito en un junco, estuvo en el Perú para el Hay Festival Arequipa. En su paso, brindó algunas conferencias y entrevistas. Una de esas entrevistas la hizo para el canal Epicentro TV, en donde habló sobre su gusto por la literatura peruana, la cual conoce bastante bien; el cariño que recibió de sus lectores; y, por supuesto, de su libro, que reavivó su carrera como escritora.
No obstante, uno de los temas más importantes conversados en esa entrevista fue el de la censura en los libros infantiles. Irene Vallejo respondió con argumentos muy sólidos sobre por qué no se deberían censurar ciertos temas como la homosexualidad en los libros para niños o reescribir las historias con los valores actuales.
Desde la perspectiva de Irene Vallejo, vivimos tiempos de una infantilización extrema, en los cuales no queremos que nuestros niños sufran perturbaciones de ningún tipo, y que, por el contrario, los libros solo transmitan alegría, gozo o diversión. Pero así no los estaríamos preparando para el mundo real.
«Mi teoría es que a través de la literatura a los niños de alguna manera se les vacuna, o sea quiero decir que tenemos una pequeña dosis de las cosas terroríficas que existen en el mundo, que querríamos que no sucedieran pero suceden, que es la violencia, el crimen, la maldad, y de todo eso les ofrecemos un vislumbre a los niños en ese territorio seguro que es la familia».
Por otra parte, la entrevistadora también le preguntó qué opinaba sobre la censura a libros como Lolita, prohibido por algunos por abordar la pederastia. Ante eso, ella respondió que ningún libro debería estar prohibido, que la solución no va por prohibir ciertos libros, sino en fomentar la lectura crítica, porque eso nos permite saber qué sienten las personas, incluso las que pueden fomentar discursos de odio o de racismo, no para aceptar lo que dicen, sino para saber cómo sostienen sus ideas y aprender a dar argumentos para rebatir aquello que podamos considerar atroz.
En varios lugares del mundo algunas escuelas se han visto obligadas a ocultar ciertos libros a los estudiantes por una política en la que los padres intervienen acerca de qué cosas no deben leer sus hijos. Ideas como las de Irene Vallejo pueden ayudarnos a discutir más sobre este tema para encontrar salidas sensatas.
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Imagen principal: Libros peligros en esta biblioteca. Foto: Manchester Library. Licencia CC BY-SA 2.0