Las asociaciones bibliotecarias en Cuba han tenido siempre un papel muy activo en el desarrollo de sus bibliotecas y su bibliotecología. Conozcamos sus más relevantes aportes.
La creación de asociaciones de bibliotecarios en Cuba tiene lugar en la década de 1930 del pasado siglo donde surgen múltiples y variadas organizaciones con el fin de aunar los esfuerzos del gremio, elevar la imagen y el prestigio de la profesión. Fue significativo el número de asociaciones que surgieron en tan solo tres décadas (ver Tabla 1). Se desconoce, en algunos casos, la fecha de disolución de las mismas. Su accionar comprendió cortos períodos de tiempo que oscilan entre los dos y cuatro años. La poca estabilidad en su funcionamiento estuvo dada por el escaso apoyo oficial, problemas financieros, de organización interna, apatía y pugnas profesionales.
Asociación | Años |
Asociación Bibliográfica Cultural Cubana (ABCC) | 1936 – ¿? |
Federación Nacional de Bibliotecas Públicas (FNBP) | 1938 – ¿? |
Subcomisión de Bibliotecas, Archivos y Bibliografía de la Comisión Nacional de Cooperación Intelectual (SBABCNCC) | 1938 – ¿? |
Asociación Bibliotecaria Cubana (ABC) | 1939 – 1942 |
Asociación Cubana de Bibliotecarios (ACB) | 1948 – 1959 |
Asociación Nacional de Profesionales de Bibliotecas (ANPB) | 1952 – 1955 |
Organización Nacional de Bibliotecas Ambulantes y Populares (ONBAP) | 1954 – ¿? |
Colegio Nacional de Bibliotecarios Universitarios (CNBU) | 1955 – 1959 |
La Asociación Cubana de Bibliotecarios, con las siglas ACB, fue creada a iniciativa de María Teresa Freyre de Andrade (ver Figura 1) para homenajear a Marieta Daniels, de la Biblioteca del Congreso de Washington. En 1952 se creó la Asociación Nacional de Profesionales de Biblioteca, convergiendo con la ACB mencionada con anterioridad. Un decreto presidencial de Fulgencio Batista establece en 1952 que la ACB sería la organización oficial en representar a los bibliotecarios al establecer que “se considerará representante Oficial de todos los bibliotecarios cubanos a la Asociación Cubana de Bibliotecarios, constituida en la Habana e inscripta en el registro de Asociaciones de Gobierno Provincial” (Batista, 1952, p. 2). La ACB fue miembro de la Internacional Federation of Library Association (IFLA) y de la American Library Association (ALA).
La Asociación contó con un órgano divulgador de sus actividades, que respondía al nombre de Boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios, con una frecuencia trimestral y se encargaba de publicar trabajos sobre las bibliotecas, historia del libro, actividades de la asociación, conservación de documentos, eventos internacionales, etc. A partir de 1957 esta publicación se emitió para el extranjero, gozando de prestigio en la comunidad bibliotecaria internacional. Tenía además corresponsales en Argentina, Colombia, España y Chile. El último número publicado por la revista correspondió al primer trimestre de 1960 (Rojas y Rivas, 2016). María Teresa Freyre fungió como vocal de la asociación en la sección de propaganda, teniendo un trabajo destacado en el boletín.
La asociación se distinguió por una proyección acorde a las tendencias internacionales, dado su empeño en la creación de bibliotecas públicas, ambulantes y populares. Lograron la creación de cursos y escuelas de bibliotecarios que se posicionaron paulatinamente en la Universidad de La Habana. Promovieron y organizaron asambleas y jornadas que mostraron las experiencias y la evolución científica del sector, así como el intercambio con importantes personalidades del exterior. Asimismo, estableció su reglamento y código de ética e idearon premios como incentivo a la labor relevante relacionada con la cultura y el ámbito bibliotecario.
La ACB fue puntera del ámbito bibliotecario en el país. Tuvo miembros en común y llevaron a cabo acciones importantes en conjunto que favorecieron el desarrollo bibliotecario cubano hasta 1959, cuando fue disuelta. En consecuencia, el movimiento bibliotecario cubano se desarticula y no se cuenta nuevamente con una asociación para el gremio hasta la década de 1980.
En 1986 se funda la Asociación Cubana de Bibliotecarios bajo el acrónimo Ascubi y es la organización que actualmente aglutina a los profesionales de la información en Cuba. Como acontecimientos determinantes en la creación de la Ascubi se encuentra la organización sistémica de la estructura institucional a través de la instauración de las redes de bibliotecas públicas, escolares, médicas, especializadas y centros de información y documentación. En adición se consolidó la formación técnica-profesional de bibliotecarios con la Escuela de Capacitación Bibliotecaria (Escuela Nacional de Técnicos de Bibliotecas) y los estudios superiores mediante un currículo de amplio perfil para la entonces Licenciatura en Información Científico Técnica y Bibliotecología (ICTB).
La ACB fue puntera del ámbito bibliotecario en el país. Tuvo miembros en común y llevaron a cabo acciones importantes en conjunto que favorecieron el desarrollo bibliotecario cubano hasta 1959, cuando fue disuelta.
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El 31 de marzo de 1986, Día del Libro Cubano, se dio a conocer públicamente la creación de la Asociación Cubana de Bibliotecarios como Ascubi, sin embargo, en el certificado de constitución oficial se inscribió el 18 de abril del 1986 (Frías, Paz, Alomá, Tamayo y Hernández, 2019). Como organización no gubernamental de índole sociocultural, aglutina de manera voluntaria a profesionales de las Ciencias de la Información, activos o jubilados, así como a estudiantes del sector. Clasifica sus miembros en ordinarios y honorarios.
El Buró Ejecutivo se reúne con una frecuencia mensual. El Consejo Nacional lo hace a partir de 1999 una vez al año. Aunque se estipula que los Congresos deben realizarse cada 4 años, la asociación no ha contado con el financiamiento suficiente para la celebración de estos eventos (Pérez, Mugarra, Tarajano, Arvajal y Pérez, 2016). Hasta la fecha se han efectuado tres: en 1996, 2003 y 2005. La directiva de la Ascubi ha estado compuesta por profesionales destacados en el ámbito de las Ciencias de la Información. A Olinta Ariosa Morales (ver Figura 2), Marta Terry, Miriam Martínez y Miriam Bendamio se debió el nuevo impulso para reiniciar una nueva etapa de integración gremial (Ruíz, Paz y Guerra, 2021). En los cuatro Burós Ejecutivos desde 1986 hasta el 2010 se destaca la presencia de Emilio Setién Quesada.
Olinta Ariosa Morales fue su primera presidenta. Marta Terry fue elegida en 1988 y ratificada en 1996. En 2003 se inició Margarita Bellas hasta la actualidad. La participación en los cuatro Buró Ejecutivo de la Ascubi convierte a Emilio Setién en el máximo heredero de las tradiciones y vicisitudes de la Asociación (ver Figura 3). El bibliotecario, investigador y profesor de la Biblioteca Nacional constituye un ente esencial en el proceso de transmisión y delegación de funciones de una generación a otra.
Desde 1989 la asociación inició la publicación del Boletín ASCUBI INFORMA con una frecuencia trimestral. Este vocero adquirió formato digital en 2003 y se mantuvo activo hasta el año 2008 con atrasos en sus números. Actualmente las informaciones se publican a través de un blog, pero con un bajo grado de actualización. Por otro lado, la asociación aprobó la retribución al respeto y actuar en favor de la profesión a través de la concesión de premios y distinciones nacionales para la estimulación los miembros. Actualmente se entregan 11 premios nacionales y algunas filiales provinciales entregan premios de alcance local.
Para la socialización de las investigaciones y experiencias del ámbito bibliotecológico, la Ascubi promovió la realización de dos importantes eventos: el Encuentro Nacional Científico Bibliotecológico y el Encuentro Nacional de Promoción de la Lectura. Desde el II Congreso de la Asociación, celebrado en el año 2003, se sistematizó, dentro de las Ferias Internacionales del Libro de La Habana, un espacio para los bibliotecarios y las actividades que se realizan en las bibliotecas (Bellas, 2017).
De lo expuesto se puede concluir que en Cuba han existido numerosas asociaciones para profesionales de bibliotecas, pero por su alcance y relevancia han destacado dos: la ACB (1948 – 1959) y la Ascubi (1986 – actualidad); ambas respondieron al nombre de Asociación Cubana de Bibliotecarios, pero con identificadores diferentes. A partir del análisis de los propósitos y actividades realizadas por las dos asociaciones se puede plantear la siguiente interrogante: ¿constituyen la ACB y la Ascubi asociaciones diferentes? La disolución de la ACB se correspondió con los cambios políticos sucedidos en Cuba a finales de 1959 cuando la sociedad civil se desarticula y desaparecen numerosas organizaciones y asociaciones gremiales.
Consecuentemente los profesionales de la biblioteca en Cuba carecen de una asociación gremial durante 27 años. Ciertamente la Ascubi representa un rescate de la ACB, aunque indiscutiblemente en otro contexto socioinstitucional. Es meritoria la labor realizada por ambas asociaciones: la ACB puso a Cuba en el plano de la bibliotecología internacional y la Ascubi multiplicó las instituciones bibliotecarias en el país y tuvo mayor alcance geográfico y profesional. De cualquier forma, resulta necesario reconocer los aportes de estas dos organizaciones que, hasta la fecha, son las que mejor han representado a los profesionales de la bibliotecología y las bibliotecas en Cuba.
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Referencias
Bellas, M. A. (2017). 30 años de la creación de la Asociación Cubana de Bibliotecarios. Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, 2 (2017): 211-215.
Batista F. (1952). Ley Decreto del 18 de Noviembre de 1952 sobre la asociación oficial de bibliotecarios. Gaceta Oficial de la República de Cuba 1952, 18(1952): 20-21.
Frías, M., Paz, L.E., Alomá, C., Tamayo, D. y Hernández, E.A. (2019). El boletín ASCUBI Villa Clara, reflejo del acontecer informativo en el centro de Cuba. Bibliotecas: Revista de la Escuela de Bibliotecología, Documentación e Información, 37(1): 1-23.
Pérez, K., Mugarra, C. G., Tarajano, A. O., Arvajal, B. M. y Pérez, H. O. (2016). Presupuestos teóricos conceptuales sobre la ética y el desempeño profesional en las bibliotecas. Bibliotecas. Anales de Investigación, 12(2): 153-164.
Rojas, J. L. y Rivas, S. (2016). El boletín de la Asociación Cubana de Bibliotecarios; valoraciones y expectativas de sus usuarios. Bibliotecas. Anales de Investigación, 12(1): 104-113.
Ruíz, M. C., Paz, L. E., y Guerra, C. J. (2021). Olinta Ariosa Morales: precursora de la bibliotecología y las bibliotecas en Cuba. Bibliotecas: Revista de la Escuela de Bibliotecología, Documentación e Información, 39(2): 1-26.
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Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, Ciudad de México. Licenciado en Ciencias de la Información. Ha publicado un total de 93 artículos científicos y ha obtenido varios premios y reconocimientos entre los que destacan: 1) Premio de la Academia de Ciencias de Cuba, 2) Premio Latinoamericano de Ciencia sobre Acceso Abierto, 3) Premio Nacional de Investigación “José Antonio Ramos” y 4) Sello Conmemorativo “Antonio Bachiller y Morales”, máxima distinción otorgada por la Asociación Cubana de Bibliotecarios por el desarrollo de la actividad bibliotecaria e informativa en Cuba. Correo electrónico: luisernestopazenrique@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9214-3057
- Este autor no ha escrito más artículos.
Gracias por la exhaustiva reconstrucción histórica de dos asociaciones profesionales bibliotecarias en Cuba. El Lyceum Lawn Tennis Club fue una institución importante que apoyó la creación de asociaciones bibliotecarias