Usted pensará que la fiebre del fútbol se nos ha subido a la cabeza y que este tipo de comparaciones es asunto forzado. Sí, probablemente…
Pero con la alegría de haber alcanzado el repechaje para el mundial, conviene comentar algunos puntos de la visión holística del técnico de la selección peruana para darnos cuenta de que sus ideas superan el mero deporte rey, y entonces sus intenciones y opiniones algo se parecen a nuestro historiador y padre de la bibliotecología en el Perú.
A ver, recordemos: Basadre fue designado como director de la Biblioteca Nacional cuando estaba hecha cenizas luego del incendio de 1943. Por su lado, el argentino asumió el cargo de director técnico cuando llevábamos más de treinta años sin llegar a un mundial. Es decir, ninguno de los dos tomó la posta de nadie: ellos iniciaron la carrera ante una situación de desastre.
Ambos también experimentaron una fase de aprendizaje antes de llegar a dirigir. Basadre fue discípulo de Pedro Zulen, el primer peruano en introducir técnicas profesionales de catalogación en nuestro país. Basadre aprendió de él y posteriormente cursaría estudios de bibliotecología en Estados Unidos.
Gareca, como muchos técnicos, fue un jugador sobresaliente cuando joven en equipos distinguidos como Boca Juniors y Vélez Sarsfield. Fue seleccionado del equipo nacional de Argentina y en 1985 hizo el gol que hizo clasificar a su país al mundial de México 86, casualmente, frente a Perú. A pesar de eso, no fue al mundial como jugador. Pero todo eso le dio el empuje que lo convirtió en el hombre que más tarde ganaría partidos de fútbol con su mente.
Otro aspecto esencial: la formación. Es tal vez el punto más evidente de ambas personalidades, porque Basadre fue el fundador de la Escuela Nacional de Bibliotecarios. La tenía muy clara. Si queríamos un país de lectores y mejorar el acceso a la información, necesitábamos formar a personas idóneas para ese trabajo. No se podía postergar más la profesionalización del bibliotecario.
Por su parte, el profesor Ricardo Gareca se ha referido en diversas entrevistas al problema de la formación del jugador peruano, indicando que este sale adelante solo, enfrentando muchas dificultades y con poca orientación, de modo tal que llega al fútbol profesional con muchas carencias y expuesto a situaciones extra deportivas. Dicha situación hace necesaria una política deportiva que forme no solo buenos jugadores, sino personas completas capaces de tomar buenas decisiones, con madurez psicológica, y que todo eso comience desde abajo brindando a los niños condiciones favorables de aprendizaje. Todo eso lo considera Gareca como imprescindible proceso de formación del deportista peruano.
En eso último también se parece a nuestro historiador, pues Basadre llegó a ser ministro de Educación. Si bien los problemas propios de la burocracia lo cansaron, él tenía bien puesta su concepción de que la educación era la base para transformar al Perú.
Esas son algunas razones por la que nos parece que Ricardo Gareca es como Jorge Basadre.
¡Pensá!
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