La difusión de las ideas puede analizarse también aplicando modelos matemáticos similares a los que se usan en epidemiología para explicar y predecir la transmisión de enfermedades. Escribe: Rubén Urbizagástegui.
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Un modelo es una representación simplificada de la realidad social. En general, el modelo se representa por medio de ecuaciones matemáticas que muestran la relación entre dos o más variables que tratan de explicar el fenómeno representado. La bibliometría es uno de los campos que se ha beneficiado del uso de los modelos estadísticos y este reconoce como “modelo” el uso de por lo menos dos variables relacionadas. Por lo tanto, los trabajos que hacen uso de estadísticas descriptivas unidimensionales no son reconocidos como estudios bibliométricos, informétricos o cienciométricos. Para ser considerados como estudios cienciométricos se debe trabajar con al menos dos variables correlacionadas como es el caso de la ley de Lotka (autores versus producción de artículos), ley de Bradford (revistas versus producción de artículos), ley de Zip (palabras versus frecuencia de aparición de esas palabras en un texto).
Muchas de las ciencias modernas usan esta forma de representación matemática, una de las cuales es la epidemiología que estudia la evolución de una epidemia durante un tiempo determinado buscando predecir su comportamiento futuro. El caso del COVID-19 es un ejemplo reciente. El uso de modelos matemáticos para comprender la dinámica de las enfermedades infecciosas tiene una historia muy rica en epidemiología. Fueron Kermack y McKendrick (1927) los que introdujeron las ecuaciones para el modelo general de susceptibles, infectados y removidos (SIR) y mostraron cómo un conjunto de supuestos restrictivos conducen al modelo estandarizado SIR de ecuaciones diferenciales ordinarias.
A mediados de la década de los sesenta, Goffman & Newill (1964) propusieron que la difusión de las ideas dentro de una comunidad científica podría ser estudiada como si fuese un proceso epidémico. La propagación de las ideas y la propagación de las enfermedades infecciosas serían casos especiales de un proceso de comunicación social mucho más general. Afirmaban que la transmisión de las ideas debería ser enfocada como si se tratase de la transmisión de una enfermedad infecciosa; es decir, en términos de un proceso epidémico. Los elementos envueltos en el proceso de transmisión de una enfermedad infecciosa son: una población especifica y la exposición al material infeccioso. De ese modo, en un determinado momento del tiempo, los miembros de la población académica pertenecerían a una de las tres clases siguientes:
(a) infectados, aquellos científicos que son hospederos del material infeccioso;
(b) susceptibles, aquellos científicos que pueden ser infectados mediante contacto con el material infeccioso;
(c) removidos, aquellos científicos que han sido retirados por una variedad de razones como la muerte, inmunidad, hospitalización, etc. Al momento de su remoción, estos científicos pueden haber sido infectados o susceptibles.
Una analogía entre la transmisión de una infección y la difusión de una idea se resume en el siguiente cuadro.
La noción comunicada por esta analogía es que las ideas son transmitidas de un individuo a otro, dentro de una población, a través del contacto social (material infeccioso); en este caso, por la lectura de un documento (trabajo escrito). El hospedero intermediario sería el artículo, revista o literatura leída. La población susceptible serían todos los científicos de un área determinada como posibles lectores de los artículos, libros, revistas y cualquier otro material que contenga información de interés para ese campo académico. Esta población de susceptibles está constituida de:
a) Infectados: todos aquellos que poseen el material infeccioso (que ya leyeron y escribieron la información en forma de artículos, libros, etc.). Se considera que un autor es infectado en la fecha en que publicó su primer documento, debido a la dificultad de determinarse el año en el cual un autor comienza o deja de pensar (escribir) sobre un asunto;
b) Susceptibles: todos aquellos que pueden tornarse infectados, desde que hayan tenido contacto con el material infeccioso, o sea, las ideas, la información contenida en documentos leídos;
c) Removidos: todos aquellos que ya no hacen más parte de la población: murieron o mudaron de interés. En ese caso, un autor es considerado removido un año después de la publicación de su último trabajo incluido en los repertorios bibliográficos.
En este modelo epidémico una población solo puede tener tres estados:
a) Estado de crecimiento: la tasa de cambio es positiva: el número de infectados se acumula y crece con respecto al tiempo;
b) Estado de decrecimiento: la tasa de cambio es negativa: el número de infectados decrece con respecto al tiempo;
c) Estado estable: la tasa de cambio es cero: el número de infectados no crece ni decrece con respecto al tiempo;
Los académicos son susceptibles a ciertas ideas y resistentes a otras. Una vez que un científico es infectado con una idea, ese científico puede a su vez, después de algún periodo de tiempo (latencia), transmitirlo a otros científicos. Ese proceso puede resultar en una epidemia intelectual.
Mucha información útil referente a la transmisión de las ideas dentro de una población se puede obtener usando este enfoque matemático. Podría ayudar a responder preguntas que son básicas para el diseño y operación de los sistemas de organización y recuperación de la información. Estas preguntas incluyen:
¿Dónde y cuándo las actividades en una determinada disciplina se está desarrollando en proporciones epidémicas
¿Cuál es la duración esperada de esta actividad epidémica?
¿Cuál es la intensidad de la epidemia?
¿Cuáles son los artículos clásicos de esta disciplina infectada, es decir, los documentos iniciales generadores de un brote epidémico?
Lamentablemente muy pocas investigaciones se han realizado siguiendo las propuestas de la teoría epidémica. Para aquellos que se interesen se lista algunas de las publicaciones donde se encuentran las proposiciones de su original impulsor: William Goffman.
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Bibliografía
Goffman, W. (1966). Mathematical approach to the spread of scientific ideas—the history of mast cell research. Nature, 212, 449-452.
Goffman, W., & Newill, V. A. (1964). Generalization of epidemic theory: An application to the transmission of ideas. Nature, 204, 225-228.
Kermack, W. 0. & McKendrick, A. G. (1927). A contribution to the mathematical theory of epidemics. Proceedings of the Royal Society of London. Series A, Containing papers of a mathematical and physical character, v. 115, no. 772, 700-721.
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Doctor en Ciencia de la Información.
Bibliotecólogo Emérito por la Universidad de California en Riverside (EE. UU.). Participa regularmente en congresos y eventos de la especialidad presentando resultados de investigación en bibliometría, información e ideología, y sociología de la información. ORCID: 0000-0001-5014-801X. Contacto: ruben@ucr.edu
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Rubén Urbizagástegui-Alvaradohttps://www.revistaotlet.com/author/ruben_urbizagastegui/
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