
Ni bueno, ni breve. En su mensaje a la nación del 28 de julio, la presidenta del Perú, Dina Boluarte, leyó por cinco horas un discurso que confundió con una novela decimonónica. El que se haya quedado escuchándola de principio a fin debe tener más gusto por la tortura que por informarse. Solidaridad con los pobres reporteros a quienes les tocó el tedioso trabajo de hacerle un resumen a la ciudadanía.
Como nosotros tampoco quisimos desperdiciar el feriado escuchando un discurso leído por alguien que no inspira ni da confianza, nos pasamos por interno el discurso para ir directamente a la parte que nos interesa, la sección sobre promoción de la cultura.
Esta parte tiene más promesas que logros. El único que se menciona es la nueva Ley del Libro, luego vienen las promesas: implementar 40 bibliotecas provinciales que faltan de las 196 a nivel nacional, disponer que el Ministerio de Economía y el Ministerio de Cultura coordinen una estrategia para la construcción de un edificio apropiado, la puesta en funcionamiento del Museo Nacional del Perú en Lurín y acciones para la creación del Gran Centro de Investigación y Museo Nacional del Tahuantinsuyo.
Dicen que en el Archivo General de la Nación han recibido con alegría el hecho de que se haya considerado como una política urgente la atención de un local apropiado, aunque valgan verdades, no vale ilusionarse. En el 2016, Cheng Franco Arquitectos ganó el primer puesto en un concurso nacional para la construcción de la nueva sede del AGN en Pueblo Libre en un terreno de 5785 m2. Sin embargo, especialistas advirtieron hasta treinta fallos técnicos en el diseño que representaban grandes riesgos al patrimonio documental. Al día de hoy el AGN sigue anhelando donde recostar la cabeza.
Esperamos que las promesas no queden en promesas, aunque qué se puede esperar si es evidente el retroceso en diversos sectores; uno de los más golpeados, la calidad de la educación básica y superior.
El editor