
La información es clave para la organización y existencia de los pueblos indígenas. La implantación de nuevas estructuras como bibliotecas o archivos de acceso, registro y difusión puede ayudarles a obtener la información que necesitan y llevarlos a ser cocreadores de nuevo conocimiento.
Escribe: Alejandra Aguilar Pinto
Foto principal: Placa en la entrada del edificio de la Prefectura de Iquitos (Loreto, Perú) en donde se ubica actualmente la Biblioteca Amazónica (Carlo Brescia, Wikimedia, CC BY-SA 4.0).
Los pueblos indígenas son un sector de la sociedad con necesidades de información muy particulares, dadas sus características sociales, políticas y culturales propias. A lo largo de su historia, las comunidades indígenas han desarrollado diversos medios de registro y difusión de sus conocimientos, tanto en formatos tangibles como no tangibles. En el caso de los registros tangibles, se lamenta la destrucción de valiosas fuentes físicas de información, como sucedió con los códices mayas y aztecas; en cuanto a lo intangible, el papel de la memoria indígena ha sido clave para la preservación de sus saberes e historias.
Lo anterior demuestra que la información es constitutiva de cada ser indígena y de su comunidad. La creación de entidades u organizaciones que permitan el registro, organización, recuperación- rescate y almacenamiento de sus creaciones intelectuales, artísticas y culturales es clave para la existencia y proyección de su cultura.
Aunque las bibliotecas parecen ser entidades del mundo occidental, ya existían recintos especiales (como es el caso de los amoscalli del náhuatl amoxtli [libro] y calli [casa], casa de libros, en la América prehispánica) donde se resguardaban los códices, registrando diversos aspectos de la vida en ámbitos sociales, político-legislativos, medicina (herbolaria), entre otros. Por otra parte, en culturas del Sur de América, como la Inca, existían los quipu, un sistema de cordeles y nudos que permitió la transmisión y preservación de su cultura-cosmovisión hasta el día de hoy.
La información en las comunidades indígenas
Desde los inicios de la sociedad de la información, los pueblos indígenas han permanecido alertas ante la amenaza de marginalización que representa el surgimiento de diversas herramientas tecnológicas de información y comunicación (TIC), tal como sucedió desde la imposición de un sistema de enseñanza/aprendizaje a través de la imprenta.

A raíz de ello, con el fin de ser tomadas en cuenta en las políticas globales de información, diversas comunidades en el siglo XX empezaron a participar en reuniones internacionales. Las Cumbres Mundiales sobre la Sociedad de la Información, dos de las cuales se han celebrado hasta la fecha en Ginebra (2003) y Túnez (2005) son un ejemplo de su participación protagónica.
Como destaca Velázquez (2004, p.10) :
la información se ha vuelto un elemento de consumo indispensable para las diversas comunidades indígenas con el fin de confrontar el futuro, conformándose en grupos mejor preparados en todos los sentidos para lograr un lugar más idóneo en las sociedades que los rodean y concretar su participación activa en la construcción de las sociedades modernas; así como alzar su voz en la defensa de sus derechos como entes sociales.
En la actualidad, varias comunidades indígenas han ampliado sus formas de obtener información, utilizando diversos medios de comunicación, como las TIC (principalmente Internet), lo cual ha causado un fuerte impacto en su cultura al permitirles difundir, recuperar, rescatar y crear nuevos contenidos (Navas, 2008; Aguilar, 2010; Aguilar, 2018).
La información es clave para la organización y existencia de los pueblos indígenas. La implantación de nuevas estructuras como bibliotecas o archivos de acceso, registro y difusión puede ayudarles a obtener la información que necesitan y llevarlos a ser cocreadores de nuevo conocimiento. Estas bibliotecas pueden ser de carácter general, es decir, que sirven a diversas comunidades; o particulares, dirigidas a un comunidad específica. Asimismo, las necesidades de información que se resuelven pueden ser externas, mientras que otras satisfarán asuntos internos propios de la comunidad (Velázquez, 2004, p. 11).

Mientras que en los museos existe, en general, un registro tangible de objetos rescatados sin una interacción y diálogo con los autores o representantes de esas informaciones, en las bibliotecas o archivos, a través de sus servicios/productos de información, pueden aportar a la participación activa, tanto como simples usuarios, así como protagonizando la difusión de sus saberes.
El papel de las bibliotecas en las necesidades de información de las comunidades indígenas
Las necesidades de información de este sector de la sociedad deben ser tomadas en cuenta a la hora de organizar o desarrollar un acervo para cualquier tipo de biblioteca (escolar, universitaria, pública, etc.) que pretenda atender a este tipo de usuarios. Velázquez (2004, p.11), citando a Noyola (2001, p. 167), menciona que las bibliotecas indígenas deben ser una expresión de justicia social, un espacio plural donde las diversas expresiones culturales de la comunidad tengan cabida y enriquezcan la experiencia cotidiana de sus miembros al entrar en contacto con las diversas experiencias que las humanidades han acumulado en los libros.
Estas instituciones podrían «desempeñar un papel importante en la dinámica social y educativa de la población indígena y convertirse en su principal institución cultural». El conocimiento indígena, por mucho tiempo negado por la ciencia occidental oficial, ha tenido su renacimiento con el movimiento indígena, un tipo de articulación social en la cual las TIC han sido claves para conectarlos desde el norte al sur del continente. Así, los saberes indígenas han tenido una revitalización en el espacio digital que ha fortalecido a su vez las tradicionales bibliotecas (Civallero, 2008).
Respecto a las necesidades de información de los pueblos indígenas, la investigación de Graniel Parra (2002, p. 137) indica que están relacionadas «con las características generales de su propio contexto y [reflejan] las preocupaciones, inquietudes y aspiraciones de los diferentes sujetos comunitarios», en relación con «diversos aspectos informativos relacionados con su entorno ecológico, socioeconómico y cultural».Entre las necesidades de información externa (aquellas que son de interés a la comunidad en general), menciona las siguientes:
◎ Información nutricional.
◎ Programas gubernamentales a los que pueden acceder.
◎ Mayor claridad sobre diversas leyes de la Constitución mexicana que se relacionan con su realidad.
◎ Tipos de trámites para acceder a ellos.
En cuanto a las necesidades particulares de información, menciona las siguientes:
◎ Mayor variedad de formas de preparar los alimentos vinculadas a los recursos naturales de que disponen.
◎ Nuevas opciones para integrarse en la unidad de producción diversificada y fuentes de mano de obra externa.
◎ Los derechos y obligaciones que tienen como ciudadanos.
◎ Trámites que deben realizar para obtener permisos de los servicios públicos para explotar sus recursos forestales.
◎ Educación más vinculada a las necesidades de formación de su propio contexto rural.
◎ Preparación para otras fuentes de trabajo dentro y fuera de la comunidad.
◎ Necesidades de formación para personas con discapacidad (sordos, mudos), entre otras.
Asimismo, Rodríguez (2003, p.30), hace una propuesta para entender las necesidades de información de los indígenas, basándose en los siguientes factores: nivel/tiempo de experiencia en el tema de interés, si trabajan individualmente o en grupo, persistencia, motivación, capacidad de análisis de la información, conocimiento sobre el tema requerido, disponibilidad de recursos de información, entorno en el que se desenvuelve el usuario y manejo del lenguaje.
Los factores anteriores solo pueden ser conocidos si se realizan estudios del comportamiento informacional para lo cual se pueden usar metodologías de investigación cualitativas o cuantitativas (cuestionarios, entrevistas, observación no participante y participante, entre otras) que permitirán tener un acercamiento a las necesidades-requerimientos de información de los usuarios indígenas.
Del mismo modo, Rodríguez (2003, p. 35) señala que en las comunidades indígenas el uso de la información se basa en las formas y medios de información. Respecto a las formas, surgen de la oralidad, esto es, que las mismas personas transmiten los mensajes como parte de la socialización de ideas empleando su lengua nativa. En cuanto a los medios informativos, la información se transmite a través de la palabra escrita en diferentes soportes con intromisión de una segunda lengua: el castellano.
Sin embargo, esta aparente oposición entre la oralidad del conocimiento indígena y el registro inicial que permitió el material impreso (desde una perspectiva occidental hegemónica) y su casi exclusión de los medios de comunicación de masas (TV, radio, cine, entre otros), en el sentido de no ser voz de las mismas comunidades, ha cambiado radicalmente desde que las TIC, y principalmente Internet, han permitido que se configure un «territorio indígena» con diversos tipos de expresiones como blogs, redes sociales, bibliotecas digitales, entre otros.
Conclusiones
La creación de una unidad o sección de información indígena dentro de una biblioteca pública, escolar, etcétera, implicará siempre tener en cuenta sus necesidades de información, es decir, sus necesidades reales (expresadas) y potenciales (las no expresadas en el momento en que acuden a una biblioteca a demandar información). Por lo tanto, a la hora de desarrollar una colección de información indígena, será necesaria la participación activa de los futuros usuarios de dicha colección. ¿Cómo se hará esto? Una de las acciones más importantes es a través de entrevistas, conversaciones o diálogo activo con las comunidades donde se va a instalar una biblioteca u otro tipo de centro de información.
Los estudios de comunidad son una de las principales herramientas para conocer la situación de las necesidades de información de una comunidad indígena, lo que permitirá conocer el nivel o situación de sus demandas de información en diversas áreas.
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Referencias bibliográficas
Aguilar, A. (2010). Identidade/diversidade cultural no ciberespaço: práticas informacionais e de inclusão digital nas comunidades indígenas, caso dos Kariri-xocó e Pankararu no Brasil (Tesis de doctorado).
Aguilar Pinto, A. (2018). El protagonismo comunicacional-informacional-digital indígena en la sociedad de la información: antecedentes, experiencias y desafíos. Anuario Electrónico de Estudios en Comunicación Social «Disertaciones», 11(2), 104–127.
Civallero, E. (2008). Bibliotecas indígenas en América Latina: Revisión bibliográfica y estado actual de la cuestión – 1ª ed. – Córdoba (Argentina). Wayrachaki
Graniel Parra, M. R. (2002). Las comunidades indígenas y los servicios bibliotecarios en México : un estudio de caso (Tesis de Maestría en Bibliotecología).
Navas, E. (2008). Apropriação de uma política pública de ‘inclusão digital’ entre os Pataxós de Coroa Vermelha, Bahia (Disertación de maestría).
Rodriguez García, A. (2003). Propuesta de un programa para la formación de bibliotecólogos rurales e indígenas (Tesis de Maestría en Bibliotecología).
Velázquez R., César A. (2004). Comunidades indígenas e información. México: UNAM. CentroUniversitario de Investigaciones Bibliotecológicas.
Velázquez, R., César A. (mayo 2003). Detección de necesidades de información de las comunidades indígenas como elemento para el desarrollo de colecciones. XXXIV Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía, Puerto Vallarta, Jalisco, México.
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Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad de Brasilia. Profesora y magister en Bibliotecología por la Universidad Tecnológica Metropolitana, Chile. Miembro del Grupo de Investigación: Centro de Estudios de Lenguaje y Sociedad - NELIS de la UnB. Asesora y voluntaria de la ONG indígena Thydewas e Indios online, una red de pueblos indígenas del Nordeste de Brasil. Más detalles: Currículo Lattes: http://lattes.cnpq.br/518650011531519, ale.cinf@gmail.com
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