
Desde el año 2016, la propuesta de la Casa de la Literatura Peruana ha sido brindar a los padres estrategias para disfrutar con sus bebés de las narraciones orales, las canciones y el contacto con los libros.
Escribe: César Chumbiauca Sánchez
Foto: Segundo número de la Colección Tuctupillín de la Casa de la Literatura. (Diseño: Jenny La Fuente)
Cualquiera que escuche por primera vez la palabra bebeteca piense: «Ah, biblioteca para bebés». Es lo más lógico. Pero de inmediato también puede pensar: ¿acaso leen los bebés?
La bebeteca es un concepto reciente que aborda la lectura en la primera infancia. Comienza desde el vientre materno con la oralidad, el juego y la música como herramientas que poco a poco llevan hasta los libros.
Mientras que en países como Brasil, Argentina y Colombia las bebetecas son espacios adecuados con libros para bebés en las que está presente una mediadora, en el Perú, a través de la Casa de la Literatura Peruana, se viene trabajando un programa de bebetecas desde mayo de 2016 de una manera distinta.
Sandra Suazo, mediadora del programa Bebetecas de la Caslit, comenta que sería ideal contar con espacios como en los países mencionados; no obstante, la manera como se concibió aquí es más una experiencia alrededor de la palabra oral, aunque desde este año se está incorporando la exploración de libros para la primera infancia. «Que esté presente el libro me parece significativo, porque aquí está bastante dirigido a los padres quienes van a reconocer estrategias como la lectura en voz alta o también tener disponibilidad de material bibliográficos para sus pequeños», señala.
El programa promueve la palabra literaria propiciando encuentros con la poesía y la literatura a través de las canciones de cuna, el arrullo y el juego. Está conformado por docentes, así como mediadores de lectura y literatura. Además, desde el 2016, ha brindado talleres para educadores, bibliotecarios, gestores culturales, obstetras y demás público interesado.
Una de sus fortalezas es el voluntariado de Abuelas y Abuelos Cuentacuentos, a través del cual se trabaja la memoria colectiva por medio del canto. Expertos como el querido Gustavo von Bischoffshausen formaron parte de este voluntariado.
Silvia Meza Zubiaurr, responsable de la formación de los Abuelas y Abuelos Cuentacuentos entre los años 2016 y 2024, recuerda: «Lo que se trata es de vivir la experiencia lectora mientras tejemos el vínculo de afecto con los bebés. La experiencia con la literatura en tan temprana edad está vinculada a la piel, al tacto y al contacto, a la musicalidad de las voces de los adultos y al ritmo de sus cuerpos que cantan y que dialogan con el rostro, la mirada y la caricia».

Los cancioneros
Para este fin, en los años en que Silvia Meza trabajó para el programa, desarrolló la curaduría de cancioneros para bebés.
«Estos cancioneros contienen una selección de canciones de cuna y juegos de palabras recopiladas desde la tradición popular y también una selección de poemas musicalizados de autores que nos permiten un recorrido diverso con culturas diversas, prácticas sociales diversas a través del diálogo poético», indica.
Todo este material sigue siendo bien recibido por los padres y madres, así como en las aulas de educación inicial por tratarse de canciones y juegos de palabras novedosos. «Y en este canto no formamos cantantes, sino brindamos recomendaciones sobre cómo utilizar nuestro cuerpo, el gesto, la mirada, el tono de voz; cómo lograr crear esta experiencia alrededor de la palabra oral», comenta Sandra Suazo.
Los cancioneros digitalizados están disponibles en el repositorio institucional de la Caslit y también los audios con las canciones interpretadas por los abuelos y abuelas del programa.
Más allá de la Caslit
Según las Pautas de servicios bibliotecarios para bebés e infantes del año 2007 redactado por la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas), es un poco difícil para los padres acudir con sus bebés regularmente a una biblioteca, por eso señala que las bebetecas deben estar donde está su público: las salas de espera de los hospitales, centros de atención pediátrica y guarderías.
Esto es algo que hasta hace unos años la Caslit realizaba visitando salas de espera de pediatría, servicios de psicoprofilaxis y estimulación temprana. El primer espacio intervenido fue el Instituto Nacional Materno Perinatal en el año 2016. Gracias a un acuerdo entre ambas instituciones se diseñaron actividades en conjunto. Entre el 2017 y 2020 pasaría igual con el Hospital Nacional Docente Madre Niño San Bartolomé, el Hospital Nacional Arzobispo Loayza, el Hospital del Niño y el Hospital María Auxiliadora.
Y no solamente se desarrolló en centros de salud. Silvia Meza cuenta que también estuvieron en bibliotecas municipales, organizaciones comunales, colegios y ferias de libros, incluso visitaron centros penitenciarios: «El programa de Bebetecas también acompañó en la modalidad de sesiones de cantos y arrullos a madres con bebés y niños privadas de su libertad que habitan el Centro Penitenciario Santa Mónica».

En el presente, como la Caslit está adscrita al Ministerio de Educación, está trabajando principalmente con centros educativos de educación inicial, restando un poco la labor que antes se llevaba a cabo con otros actores sociales como los hospitales. No obstante, instituciones como el Inabif (Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar) han solicitado su apoyo.
Sandra Suazo cuenta una anécdota de la primera sesión en Inabif, donde niños en situación de abandono reciben asistencia. «En esta primera intervención, donde estaba también un psicólogo y una pedagoga, tenían en brazo a un niño de un año. El pequeño se interesó tanto en las canciones que cuando acababa aplaudía y quería seguir cantando. Otro, con menos de un año, luego de las canciones, balbuceaba, pero con ritmo. Eso es algo que pocas veces veo porque en esta situación no están sus padres, sino sus cuidadores, que a veces son temporales».

Con el paso del tiempo, se ve cada vez más parejas jóvenes llegando a las sesiones, a veces con criaturas de dos o tres meses de edad. Sandra Suazo observa además que ha aumentado la asistencia de los papás, a diferencia de años anteriores en que solo mamás o abuelas llevaban al bebé. También hay niños un poco más grandes que cuando fueron pequeños participaron en las sesiones. Ahora son ellos los que motivan a sus padres a llevar a sus hermanitos menores para que aprendan las canciones.
Definitivamente, el programa Bebetecas sigue realizando un aporte valioso no solo acercando los libros a los más pequeños, sino, en última instancia, logrando que la palabra vaya más allá de su fin utilitario, es decir, enseñando a disfrutar desde muy temprano su riqueza poética.
MÁS INFORMACIÓN
Las actividades en la Caslit están dirigidas a familias con bebés y niños(as) de 0 a 4 años los días domingos. Se sugiere ver antes la programación mensual.
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Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medio Ambiente y Salud por la Universidad Carlos III de Madrid. Licenciado en Bibliotecología por la UNMSM. Áreas de interés: periodismo científico, repositorios institucionales e industria editorial. Contacto: cesar_023@hotmail.com