Discurso pronunciado el 22 de noviembre del 2010 durante la ceremonia de entrega de la Medalla de Letras al mérito académico a Nelly MacKee de Maurial en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM.
Por Orlando Corzo Cauracurí
Quiero agradecer el honor de participar en esta ceremonia de gran importancia para el desarrollo y afianzamiento del carácter académico de una especialidad que hoy reconoce en Nelly MacKee de Maurial a una de las más claras y tezoneras forjadoras de la educación bibliotecaria en el Perú.
Nelly MacKee de Maurial es una personalidad que ha incursionado y destacado en varias facetas de la actividad intelectual peruana; una humanista que ha ejercido gran influencia en generaciones de bibliotecólogos peruanos, contribuido decididamente abriendo nuevos campos de acción en el ejercicio profesional y un constante impulso de defensa profesional en su activismo gremial.
En toda una vida dedicada al estudio, posee especialización en educación y literatura, pero no me equivoco al definir a la biblioteca como su pasión. Ella misma lo reconoce cuando, recordando sus estudios en la Escuela Nacional de Bibliotecarios (ENB), menciona:
Allá por los años cincuenta, las exigencias de los estudios universitarios en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, me condujeron a la Biblioteca Nacional. No exagero al afirmar que el impacto que me produjeron la variedad de sus colecciones, la pulcritud y majestuosidad de su local y la eficiencia de los bibliotecarios que me atendieron, definieron mi vocación. Ese día decidí presentarme a la Escuela Nacional de Bibliotecarios.”
Nelly MacKee
Integrante de la promoción 1951 de la ENB, se incorporó tempranamente a la docencia como jefe de práctica de los cursos “Técnica bibliográfica” y “Clasificación”, que tenía a su cargo el Dr. Ricardo Arbulú Vargas. A la par, proseguía estudios en la UNMSM, donde se tituló de Licenciada en Educación.
El potencial de la joven bibliotecaria fue tempranamente avizorado por Don Cristóbal de Losada y Puga, quien entonces dirigía la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) y la ENB, nombrándola el año 1958 en el cargo de profesora inspectora de la ENB, cargo precedente al de directora de estudios. No contaba aún con la treintena de edad y desempeñaba brillantemente la dirección de la Escuela.
Consciente de la necesidad de la actualización permanente, realiza el año 1960 una pasantía en Documentación Pedagógica en el Instituto de Documentación Pedagógica de París, en la Escuela Internacional de Estudios Pedagógicos de Sevres, en el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia.
El año 1961 propuso y orientó la reforma del plan de estudios de la Escuela Nacional de Bibliotecarios. Se amplió el periodo de estudios con la inclusión de cursos relativos a las humanidades. Según sus propias palabras: “Era necesario brindar un mayor peso humanístico a la especialidad e incorporar nuevos cursos técnicos que imponía la modernidad”. Se consigue el concurso de destacados catedráticos sanmarquinos como Alberto Tauro del Pino, Jorge Puccinelli, Estuardo Núñez, Washington Delgado, entre otros.
El año 1968, con toda aquella efervescencia estudiantil, la encuentra laborando en la Biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, en una faceta no menos admirable, la de esposa y madre de cuatro niños pequeños. Nelly MacKee es una mujer moderna que trabaja, complementa, apoya, impulsa y educa a una familia, siendo ejemplo de mujer que se adelanta a su tiempo.
Hasta el año 1971 se desempeñó como directora de estudios de la ENB, orientándose a la especialización en organización, administración y gestión de unidades de información.
Publicaciones
La producción intelectual de Nelly MacKee se ha publicado en casi todas las revistas especializadas en Bibliotecología y Ciencias de la Información en el Perú; en las revistas Fénix; Ridecab; Claustro Pleno; Bibliotecólogos y la revista Letras. Además, un cuento de su autoría forma parte de la Antología del cuento infantil peruano, publicado el año 1968.
Entre los años 1965 a 1970 impulsó Alfa, revista literaria de los Amigos del Arte de Barranco como jefa de redacción, editando 20 números consecutivos de envidiable regularidad.
Son importantes sus trabajos referidos al área de indización y semántica de la información plasmados en manuales elaborados para organismos internacionales; como trascendentes sus trabajos referidos a la historia de la bibliotecología peruana con énfasis en educación bibliotecaria, que constituyen material de consulta obligada en la formación de futuros bibliotecólogos.
Estudió la normalización de la información en la región andina para el funcionamiento del Sistema Andino de Información, así como el Diseño de organización del Centro Coordinador de la Red de Información Científico y Tecnológica para el Departamento de Tacna, publicados por la Organización de Estados Americanos.
El año 2001, recuperada la democracia en el Perú, accedió a colaborar con el informe Diagnóstico de la Biblioteca Central y el Sistema de Bibliotecas de San Marcos, demostrando, una vez más, su cariño y compromiso con San Marcos.
Cuando la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) convocó a un concurso de ensayos con ocasión del centenario de Jorge Basadre, Nelly MacKee obtuvo el primer lugar con el ensayo: “Jorge Basadre: bibliotecario peruano” publicado en el libro Jorge Basadre: reconstructor de la Biblioteca Nacional, del año 2004.
Ejercicio profesional y labor gremial
Nelly MacKee ha sido pionera entre los bibliotecólogos peruanos en el servicio de asesorías a organismos internacionales en materia de información. Entre los organismos que contaron con sus servicios de asesoría para diseñar y evaluar sistemas de información se encuentran: el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Junta del Acuerdo de Cartagena (JUNAC).
Un repaso de su labor en el ámbito profesional nos muestra su experiencia en importantes bibliotecas y centros de información. En primer lugar la Biblioteca Nacional del Perú, posteriormente dirigiendo la Biblioteca del Banco Minero del Perú, el Centro de Documentación del Instituto Libertad y Democracia y el Centro Nacional de Documentación Científica y Tecnológica del Concytec.
Entre los años 2003 al 2006 ejerció la Dirección Técnica de la Biblioteca Nacional del Perú, durante la gestión de Sinesio López.
A fines de la década de 1970 e inicios de la década de 1980 fue elegida presidenta de la Asociación de la Agrupación para la Integración de la Información Socioeconómica (ABIISE), consorcio de bibliotecas orientadas a compartir información y desarrollar actividades de normalización bibliográfica de gran trascendencia para su época.
Fue elegida decana del Colegio de Bibliotecólogos del Perú 2005-2006, siendo uno de sus principales logros la presentación ante el Congreso de la República del proyecto de ley que se materializó posteriormente en la Ley 29181, Ley del Ejercicio Profesional en Bibliotecología y Ciencias de la Información.
Queridos colegas y amigos:
Lo anteriormente mencionado, y otros detalles que quedan en el tintero, nos muestran la valía de una mujer, intelectual, profesional, a la que ya admirábamos antes de conocer personalmente.
Permítaseme, brevemente, contarles la circunstancias en que conocimos a Nelly MacKee en las aulas de la Facultad de Letras, hace ya más de 25 años.
Eran los convulsionados y violentos años 80 en una universidad donde la politización y el desgobierno constituían un desincentivo para que los docentes aceptaran dictar clases en la ciudad universitaria.
La profesora MacKee se incorporó a la docencia en nuestra Escuela a inicios de la década de 1980, después de retornar de estudios realizados en Inglaterra y Francia, donde, gracias a becas otorgadas por el Consejo Británico y la Unesco, visitara en viaje de estudios y observación a centros de información de Inglaterra y cursara estudios especializados en Información Científica y Tecnológica en la Universidad de Grenoble.
La primera clase, lo recuerdo bien, se realizó en un ambiente del segundo piso, donde la Facultad de Educación mantenía abandonado un laboratorio de idiomas por desperfectos en sus instalaciones. En aquellos años la Escuela de Bibliotecología no contaban con ambientes donde desarrollar sus clases y los estudiantes nos encargábamos de conseguir aulas coordinando con otros estudiantes o ingresando a ambientes desocupados, con el consiguiente riesgo de ser desalojados en el transcurso de la clase.
Como no queríamos que la profesora MacKee se llevara una mala impresión, optamos por ocupar el mencionado ambiente del laboratorio de idiomas abandonado. Se trataba de una sala con largos tableros divididos en cabinas personales dotados de botones y audífonos en el que se hacía notorio el desordenado cableado eléctrico que evidenciaba trabajos inconclusos de reparación.
La clase se dio con la profesora ubicada al centro de la sala, rodeada de cables en el piso y nosotros sentados en las cabinas. El problema, que tratamos no se hiciera evidente, era que el cableado producía descargas eléctricas que nos hacía saltar de estremecimiento a cada rato. Comprendimos de golpe por qué los estudiantes de Educación no utilizaban aquel ambiente.
En medio de la clase observamos la cara de desconcierto de la profesora MacKee al escuchar a lo lejos el rumor de una beligerante marcha que se acercaba a la Facultad. El rumor se convirtió en estruendo de consignas revolucionarias acompañado de bombos y zampoñas que hacían imposible escuchar la disertación. Los estudiantes, acostumbrados a las manifestaciones ruidosas, le explicamos tranquilamente que ya pasaría, que no había que preocuparse, que a lo mejor, minutos después, pasaba una contramarcha pero que tampoco implicaba mayor complicación.
Fue la primera y última vez que utilizamos aquel ambiente lleno de tormentas eléctricas, ha quedado marcado en nuestro recuerdo como uno de los símbolos de un periodo de estudios lleno de sacrificios y de gran entrega y compromiso por parte de los docentes.
La profesora Mackee ingresó a la docencia en condición de contratada y después de algunos años, mediante concurso público de docentes de la Escuela de Bibliotecología, obtuvo el primer puesto en el cuadro de méritos en la categoría de profesora asociada a tiempo completo.
Asumió la coordinación académica del recién creado Departamento Académico de Bibliotecología y Ciencias de la Información, en una época en que los docentes debían asumir riesgos que excedían sus obligaciones, dictando clases en medio de cortes intempestivos del fluido eléctrico, los famosos apagones de la época, largos desplazamientos hasta la ciudad universitaria para, muchas veces, encontrarla cerrada por alguna toma de local o huelga de trabajadores, mítines y bloqueo de pistas. Hechos que eran recogidos por los medios masivos de comunicación que nos mostraban a los sanmarquinos como subversivos, violentistas y terroristas.
Don Antonio, Paco, Álvaro, Ximena, Mahia, Manolo, nosotros sabíamos que Uds., preocupados, se oponían a que la Sra. Nelly corriera los peligros que implicaba venir a San Marcos a enseñar bibliotecología en aquellos terribles años, por eso es para nosotros muy significativo que hoy nos acompañen en éste merecido homenaje que la comunidad universitaria le rinde a quien consideramos nuestra admirada profesora, nuestra destacada colega y nuestra entrañable amiga Nelly.
Muchas gracias.
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Licenciado en Bibliotecología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos - UNMSM.