La humanidad siempre ha tenido miedo de las mujeres que vuelan, ya sea por brujas o por libres.
Jacub Rozalsky
He escrito muchas semblanzas de bibliotecarias a través del tiempo. Hoy escribo sobre una colega muy apreciada en la comunidad bibliotecaria nacional y regional: Doris Ivón Samanez Alzamora. Me parece que la suya es una vida muy interesante, larga y plena de aventuras viajeras. Doris ha llenado varios pasaportes con sellos de los países latinoamericanos, europeos y asiáticos que ha visitado durante sus cuarenta años de labor profesional, ya sea en misión de servicio, como becaria o como una consumada turista.
Quizás suene demasiado desmedida mi apreciación, pero la sentencia se ajusta a su legado.
La magia de la lectura
La importancia de adquirir el hábito de la lectura desde temprana edad se basa en sus múltiples beneficios. “La lectura te da espacio para soñar, para que vuele tu imaginación”. Tener padres que consideran al libro como el mejor regalo navideño para sus hijos es algo maravilloso. Esto lo tenían muy presente los padres de Doris, una niña muy curiosa, inquieta y soñadora.
Doris Samanez me mira fijamente, se arregla su cabellera y me cuenta cómo inició su caminar por los territorios de la curiosidad: “Recuerdo el verano de 1961. Mi padre nos comentó que en la Biblioteca Municipal se iban a iniciar las vacaciones útiles. Una tarde de enero, papá, mis cinco hermanos y yo, salimos de nuestra casa y enrumbamos a la Av. Larco, donde funcionaba la biblioteca”.
Fueron recibidas por María Bonilla, ícono de la bibliotecología nacional, y en ese entonces directora de la Biblioteca Municipal de Miraflores. Mostrándose muy contenta de ver a un padre de familia traer a toda su prole, lo felicitó efusivamente por tan brillante iniciativa.
Los niños fueron atendidos por la señorita Carmen Callirgos, bibliotecaria de la Sala de Niños y Jóvenes, quien les mostró todos los servicios de la biblioteca. De regreso a casa, con su primer préstamo de libros entre las manos, Doris sintió que llevaba un valioso tesoro.
Esta escena está anclada en la dulce memoria de su infancia. Esa pasión por imaginar, por soñar la historia, por vivirla, ya empezaba a germinar en su inquieto espíritu. Desde entonces fue una asidua lectora de la biblioteca miraflorina.
De Lectora a bibliotecaria: la aventura del conocimiento
Para cumplir su sueño, ingresó a la ex Escuela Nacional de Bibliotecarios (1969-1971- ENB), donde pasó años maravillosos de aprendizaje y conocimiento. Fue formada por excelentes profesores que dejaron una honda huella en la aplicada alumna. Doris recuerda a Guillermo Lohmann Villena, Ricardo Arbulú, Graciela Sánchez Cerro, María Gaviria de Bonilla, Mercedes Gazzolo, Erlinda Chávez, Graciela Araujo, Irma Quiñónez, eminencias de la época que le transmitieron muchos conocimientos, convirtiéndose en los referentes que necesitan los estudiantes como un ejemplo a seguir. En 1980 realizó los estudios en la UNMSM para optar la licenciatura.
Después de egresar, Doris ganó la Jefatura de la Biblioteca de la Cooperativa Santa Elisa, donde realizó un excelente trabajo durante 18 años (1971-1989), brindando apoyo a los estudiantes de bibliotecología en sus prácticas profesionales.
El sueño recurrente de Doris de viajar por el mundo de la información y el conocimiento empezó en 1977, cumpliendo su sueño de infancia de conocer la ciudad de Pompeya, que a través de sus lecturas tuvo la oportunidad de descubrir quedando muy impresionada. De ahí en adelante sus viajes fueron sucesivos. Doris explica que, en los años 70 y 80, en nuestro país había una gran oferta de becas de nuestra especialidad tanto en América Latina, del Norte y Europa que eran muy buenas oportunidades. Doris postuló a varias y fue aceptada para llevar el curso del VINITI en Moscú, patrocinado por la ONUDI y que duró 4 meses. También viajó a Roma con una beca del Banco Nacional de Trabajo, a Colombia, Chile, entre otros países. Más adelante, por los cargos de representatividad (fue presidenta de la Asociación de Bibliotecarios del Perú), tuvo que viajar a reuniones, seminarios, congresos, y, como miembro del Comité Permanente de IFLA/LAC, durante casi 10 años participó en reuniones en diferentes países que le permitió conocer una gran cantidad de bibliotecas. Además de la capacitación, tuvo la oportunidad de conocer países y ciudades cercanas al lugar de llegada.
En el año 1989 se fue a vivir a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde permaneció 14 años. Trabajó en una biblioteca cooperativa, luego en la biblioteca de la Cámara Forestal Boliviana y en una fundación en apoyo a las provincias cruceñas donde tenía el encargo de incentivar la creación de bibliotecas; organizó seminarios, grupos de trabajo y talleres. De regreso a Lima, el 2005, ingresó a trabajar en la Biblioteca de Literatura y Letras de la PUCP. Luego se hizo cargo de organizar la red de bibliotecas públicas en la Municipalidad de Santiago de Surco, (2005-2012), una red de cinco bibliotecas denominadas Estaciones del Conocimiento, ubicadas estratégicamente. Ahí se instalaron modernas computadoras con acceso a Internet que servían para la alfabetización informática de personas de toda edad. En 2009, participó en el Seminario Internacional «Biblioteca Pública y la Sociedad de la Información, respuestas y desafíos desde América Latina”. En ese marco también se llevó a cabo la Reunión Regional del Comité Permanente de América Latina y el Caribe cuyas siglas son IFLA/LAC.
El 2012 fue nombrada directora del Sistema Nacional de Bibliotecas de la Biblioteca Nacional del Perú, desarrollando el interesante proyecto de Semillas para el Desarrollo. Así pasó el tiempo y Doris Samanez está próxima a cumplir cincuenta años de egresada. Nos deja esta reflexión:
La biblioteca de mi barrio fue mi inspiración y acudiendo a ella en mi infancia y adolescencia confirmé que sería bibliotecaria. Me ayudó a formar mi guion de vida, amar el conocimiento y sobre todo compartir. Nuestra profesión pasó de ser pasiva, entre el silencio y la seriedad, a una actividad creativa que se va innovando día a día de acuerdo a nuestro público objetivo. Cito a Steve Jobs: “El único modo de hacer un gran trabajo, es amar lo que haces». Recomiendo a nuestros jóvenes colegas a seguir sus sueños y aprovechar las oportunidades que se presentan.
En mi caminar por diferentes países quedé muy impresionada con la Biblioteca Nacional de Praga, de Grecia, del Uruguay y México, asimismo con la Red de Parques Biblioteca de Medellín y Bogotá, como también con las bibliotecas de São Paulo, la Vasconcelos de México, la Gran Biblioteca Pública de NY, la de Queens y Tustin en USA, la biblioteca infantil de Rozzano en Milán, la biblioteca municipal de Gotemburgo, Suecia. En Perú tenemos la biblioteca Ricardo Palma en Miraflores, la de San Isidro, la Red de Bibliotecas de Surco y la biblioteca de Lince.
Y en el otoño de su vida Doris nos sigue sorprendiendo con sus viajes digitales por las redes de sus recuerdos, confirmando que las semillas del tiempo dieron sus frutos.
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Nació en Ayacucho. Bibliotecólogo de profesión con más de cuarenta años de experiencia. Narrador de cuentos, autor-editor de cinco obras de corte infantil-juvenil. Colabora en revistas y periódicos de Huaral. Gestor de los blogs: Bibliotecologia & Literatura, Crónicas de Pauza y Huaral Huaralín. Trabaja en la biblioteca del SENATI. Contacto: fpebe9@yahoo.com
Me da una onda satisfacción en ver una foto mía junto a ti Doris en la biblioteca de Miraflores ,tiempos inmemoriales no tenia ninguna fotografía de aquellos dias que éramos felices y no lo sabiamos,recuerdo también vívidamente mi actuación en la obra el Gato con Botas ,donde se reencontraron mi señor padre con el tuyo ,eran amigos y yo no sabia. Gracias Doris y al amigo Pebes por esta semblanza bien redactada.