Zully Ballesteros Marulanda nos relata su experiencia trabajando en la Red de Bibliotecas Populares y Comunitarias de Antioquia (Rebipoa).
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Recogía el cabello en una cola, lo amarraba con una tela que mi madre había recortado y luego caminaba una hora hasta la biblioteca pública más cercana. Al llegar, dejaba mi bolso sobre una silla y me iba a buscar entre las estanterías los libros que posiblemente iban a suplir mis ansias de comprender el mundo. Entre esas trayectorias por la biblioteca, los viajes literarios, las canciones y los paisajes matutinos, me enteré de un club de lectura al cual empecé a asistir, sentía que había encontrado un paraíso de palabras. En este espacio, además de conocer los textos de la escritora Pizarnik y los talleres de escritura, encontré a una mujer que me inspiró a trazar una ruta por el camino de la gestión bibliotecaria. Karina Ramírez estuvo enterada de mis inicios en medio del tránsito y las ganas de sentir que podía salvar el mundo a través de los libros.
En uno de esos días en los que caminaba por los barrios cercanos a mi lugar de residencia, di con la Corporación Artística y Cultural T-Asombro, un espacio que nació en medio de un contexto complejo: la violencia, la ubicación en la periferia de un municipio y no contar con oportunidades que potencien la sana convivencia, la proyección y la formación de sujetos integrales. Afortunadamente, después de mi adolescencia, llegué a este espacio justo cuando estaba empezando a estudiar Tecnología en Gestión Bibliotecaria del SENA. Allí me permitieron desarrollar habilidades. No había ingresado a la universidad para estudiar música, ni artes plásticas —las cuales eran inicialmente mis sueños—, pero descubrí un mundo afín que he llegado a amar con profundidad. Por azar de la vida, comencé a idealizar un sueño colectivo y a dar pasos firmes hacia la creación de una biblioteca comunitaria inmersa en la corporación y sumergida en un engranaje social donde se han movilizado las ganas constantes de vivir la vida a través de los cuidados y los afectos. Iba a estudiar y luego regresaba a la corporación; iba a la corporación y luego me dirigía al SENA. No lograba reconocer cual era la institución que realmente me estaba enseñando, pues ambas eran lugares donde se complementaba tanto el hacer como el ser. Todo ha sido un entrelazamiento inesperado; yo solo buscaba un refugio y terminé encontrado parte de mi proyecto de vida.
Volví a Karina Ramírez para preguntarle sobre otros proyectos comunitarios y populares que nos pudieran acompañar en la creación de la biblioteca, y fue así como dimos con la Red de Bibliotecas Populares y Comunitarias de Antioquia (Rebipoa). Posteriormente nos comunicamos con la red y les contamos que, ante la falta de apoyo municipal para el desarrollo de actividades artísticas y culturales, además de la apatía hacia la lectura y falta de lugares para desarrollar la imaginación, deseábamos tener un espacio de reflexión donde cada sujeto desarrollara habilidades sociales. En pocas palabras, queríamos ser un espacio de transformación. Fuimos aceptadas para ser parte de la red y desde entonces comenzamos a tener experiencias simultáneas en las que identificamos que no estábamos solas en esta lucha por la resistencia en medio de los barrios. Reconocimos entonces que, en lugares poco nombrados y “escondidos”, había y hay procesos de colectivos e individuos que han entregado y siguen entregando parte de su tiempo para que en los territorios en los que están ubicados vislumbren los colores, los bailes, la alegría y otro respiro en medio del trajín por sobrevivir, la angustia por la desigualdad y la pobreza en la que se ve sometida parte de la población que habita las periferias.
Rebipoa es una entidad sin ánimo de lucro que tiene como objetivo fortalecer el sector bibliotecario popular y comunitario de Antioquia a través de diferentes acciones. Desde que ingresé, mi rol se tornó activo, enfocado en alcanzar el objetivo. Esto ha fluido hasta llevarme al lugar en el que estoy actualmente, teniendo como lema el aprender haciendo y colaborar genuinamente. Al interior de la red, hemos compartido reflexiones, de las cuales nombraré algunas:
– Rebipoa es una escuela para aprender y desaprender constantemente.
– Las artes y las bibliotecas populares y comunitarias son escenarios particulares y puntos de conversación fundamentales para la interacción humana, la consolidación de relaciones basadas en el respeto y la puesta en marcha de proyectos de vida. Además de ser casas vecinas en medio de los territorios donde están ubicadas.
– Es necesario fortalecer la postura política y ética ante el ser y ante el mundo, además de contar con un discurso claro sobre la organización.
– La red existe mientras haya movimiento, manos, sentimientos y mentes trabajando hacia un fin común, no necesariamente siguiendo el mismo camino.
– Somos un tejido donde nos gusta compartir la palabra, reconociendo que el sujeto que se acerca a la biblioteca llega con un cúmulo de experiencias, relatos e ideas que puede compartir a través de la magia de la oralidad.
– Las cosas se hacen mejor cuando hay una pasión de por medio.
– Quien no tenga heridas y no permita que estas influyan en lo profesional o el accionar, que lance su primera piedra.
– Lo administrativo es un asunto tedioso, pero necesario cuando la organización requiere mantenerse en el sistema-mundo.
– En la red me encontré conmigo misma, a solas, descubriendo que la transformación y las revoluciones comienzan a partir del ser, el análisis, la comprensión y la escucha. Ha sido un reto para el que hay que tener confianza, escucha atenta, empatía y siempre tener presente los afectos.
Mientras termino la lista, paso los dedos por mi cuero cabelludo, luego recojo el cabello y lo sostengo con una pinza. Doy un suspiro, soltando las efímeras y valiosas experiencias, creyendo que, como en cada ciclo, todo ha dejado un des-aprendizaje y otras puertas abiertas para seguir emprendiendo nuevas y mejores rutas.
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Mujer sensible, amante de las artes, los viajes y la risa de la niñez. Bibliotecóloga en formación de la Universidad de Antioquia. Actualmente es la representante legal de la Corporación Red de Bibliotecas Populares y Comunitarias de Antioquia (Rebipoa).
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