A partir de su visita a la Biblioteca Municipal de Cajamarca, Mariela Castro Cáceres tomó nota para una reflexión acerca de la realidad de nuestras bibliotecas públicas.
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Uno lee con alegría las noticias de las visitas e inauguraciones de nuevas bibliotecas en el interior del país por parte de las autoridades políticas y del personal de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP). Sin embargo, cuando uno visita alguna de las bibliotecas en el interior, puede apreciar que faltan muchas cosas por mejorar. Cuando hablamos de una biblioteca podemos hablar de diversos aspectos (promoción cultural, alfabetización, tecnología, etc.), pero para este caso, el de la Biblioteca Municipal de Cajamarca, se desarrollará sobre la organización de la información.
Esta biblioteca se encuentra ubicada a pocas cuadras de la Plaza de Armas de la ciudad, tiene varias puertas de acceso, una de ellas a una calle principal, otra a un pasaje y una tercera puerta da al patio del antiguo palacio municipal que ahora es un centro cultural el cual cuenta con un amplio auditorio. Es decir, esta biblioteca se encuentra en un lugar central y estratégico, puede coordinar con los diferentes ambientes del centro cultural para realizar diversas actividades.
Al pasear entre los estantes se aprecia que cuenta con clasificación Dewey; sin embargo, también se encuentra una clasificación numerada del 1 al n, como en tiempos de la biblioteca de Alejandría y ese es el orden que se usa para su disposición y su recuperación de los estantes. Para la búsqueda de información la biblioteca cuenta con computadoras, pero lo único que se encuentra cargado es una hoja de Excel con una lista de los libros numerados. La clasificación decimal Dewey que se exhibe en las etiquetas no cumple ninguna función ni de ordenamiento ni de recuperación.
En la página web del Sistema Nacional de Bibliotecas (SNB), donde se encuentran una serie de documentos de gestión bibliotecaria (guías, directivas, protocolos, normas, y otros, incluso ofrecen asistencia técnica bibliotecaria), se indica que dicha biblioteca desde el 2006 está “acreditada como Centro Coordinador Regional (CCR) del SNB por haber alcanzado un nivel de desarrollo que le permite funcionar como órgano de gestión y enlace técnico normativo”. Al observar este CCR uno se queda con la duda de cuál es ese nivel de desarrollo. No existe un catálogo automatizado, no hay una conexión con la BNP o las otras bibliotecas de la región de donde se puede obtener y compartir registros bibliográficos.
La Ley Orgánica de Municipalidades (Ley No. 27972 del 27 de mayo del 2003), en el artículo 82 sobre Educación, cultura, deportes y recreación, menciona entre otros, “Organizar y sostener centros culturales, bibliotecas, teatros y talleres de arte en provincias, distritos y centros poblados”. Pero como bien lo menciona Quiroz (2017), “Educación, libro y lectura no pasan a ser prioridad en ningún proyecto regional. La cultura siempre ligada a deportes y diversión termina en un nicho de indiferencia. Ninguna municipalidad tiene un proyecto cultural coherente, menos una biblioteca en ejercicio de la cual ufanarse” (p. 50).
Parece que las bibliotecas de esta localidad se ven afectadas por malas decisiones de las autoridades responsables de su organización y mantenimiento. En el 2021, la Estación de Biblioteca Pública «Manuel Rivera Piedra» de Cutervo se inundó a los pocos meses de ser inaugurada (Lima Gris, 2021). Por otro lado, también se aprecia que la comunidad cajamarquina tiene la necesidad de acercarse al libro, es así como en esta ciudad existe desde hace muchos años la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca y en octubre pasado se dio a conocer la experiencia de la formación de una Biblioteca en la Granja Porcón (Herran, 2023). Al parecer los funcionarios no comprenden la importancia de las bibliotecas, como bien menciona Quiroz, «educación y cultura son naturales instituciones ligadas al aprendizaje y conocimiento» y ello permite tener ciudadanos cultivados y responsables.
La relevancia de contar con una colección organizada es permitir el acceso e identificar rápidamente los temas de interés de los usuarios, también permitiría evaluar la colección de la biblioteca para determinar su actualización y tomar decisiones informadas sobre la adquisición y depuración. El catálogo automatizado permitiría dar a conocer y recuperar la información de la biblioteca, optimizando el uso de los recursos. Pertenecer a una red de bibliotecas podría ahorrar tiempo, disminuir los costos de procesamiento, compartir los datos y obtener información de otros catálogos. Dar a conocer a otras bibliotecas y a la comunidad los autores y la producción local.
Está bien seguir visitando e inaugurando bibliotecas, pero lo más importante es mantenerlas y capacitar al personal encargado de su gestión, ya que con ello se logrará que cumplan con sus objetivos y no sean meros depósitos de libros antiguos, muchos de ellos valiosos, que se pierden en estos espacios y que no son aprovechados por la comunidad. Falta un conocimiento real de la situación en las que se encuentran las bibliotecas fuera de la capital, en especial de las bibliotecas regionales. No se puede proponer ni implementar mejoras sin conocer esta situación real.
Quizás exista, pero no es difundido un estudio sobre la situación real de las bibliotecas en el interior del país, pues ello permitiría tomar acciones más puntuales y precisas. Es necesario convocar a los tomadores de decisiones para que, en conjunto con la academia, los funcionarios del SNB, el Colegio de Bibliotecólogos, las asociaciones profesionales y la comunidad puedan apoyar en el análisis y la mejora.
Lamentablemente en nuestro país solo se puede estudiar en dos escuelas universitarias la carrera de Bibliotecología y Ciencias de la Información. Sería importante descentralizar los programas académicos de formación de profesionales en el campo. Si no es posible, crear nuevos programas de formación académica, por lo menos crear cursos de especialización en regiones estratégicas del país; aprovechando la tecnología, podrían brindarse capacitaciones mixtas (virtuales y presenciales); asimismo, procurar coordinar y gestionar convenios con universidades interesadas y/u organismos de gestión ya establecidas y consolidados en las regiones.
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Referencias
Herran, M. (2023). Granja Porcón: la Bendición del Libro. Caretas, p. 88.
Lima Gris. (2021). Escándalo: Biblioteca de Cutervo recién inaugurada se inundó por tener un techo precario.
Quiroz Cisneros, E. (2017). Libro, educación y cultura. En: E. González, A. Ballenas Chacón, E. Quiroz Cisneros y M. Rubio Correa. En busca de educación y cultura, p.43-62.
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Licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la UNMSM, bachiller en Educación y egresada de la Maestría en Museología y Gestión Cultural de la Universidad Ricardo Palma. Lleva siete años profundizando en el área de catalogación en bibliotecas universitarias y en la Biblioteca Nacional del Perú, donde laboró, por un tiempo, en el Centro Bibliográfico Nacional. Le interesa también la evolución de las bibliotecas como espacio físico, así como los temas referidos a educación y cultura. Actualmente cursa una Maestría en Educación con mención en Informática y Tecnología Educativa en la Universidad de San Martín de Porres. Contacto: mlcastrocaceres@gmail.com
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Mariela Castro Cácereshttps://www.revistaotlet.com/author/mariela_castro/
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Felicitaciones, Mariela, por tu labor de observadora, crítica, de las bibliotecas de nuestro país. Sí, Cajamarca, seguramente por razones históricas, tiene un apego especial a la cultura escrita, y por lo mismo se merece una Biblioteca Regional. Creo que ya tienen el proyecto arquitectónico de un nuevo local. Ojalá se concrete. De nuevo, felicitaciones.
Agradezco sus palabras. Esperemos que el proyecto arquitectónico con la participación de los profesionales de bibliotecología y ciencias de la información se haga realidad para el beneficio de la población cajamarquina. Que está biblioteca sea un real centro coordinador de las bibliotecas de esta localidad, no sólo en nombre o en papel sino en la práctica, que integre, conecte y brinde el apoyo especializado a las diversas bibliotecas de Cajamarca para la promoción de la lectura. Como lo mencioné, no sólo es cuestión de abrir espacios y regalar libros, debe haber todo un trabajo minucioso para su mejor aprovechamiento: recopilación de la producción intelectual local, organización de la información, diseminación de servicios, entre otros.
Agradezco sus palabras. Esperemos que el proyecto arquitectónico con la participación de los profesionales de bibliotecología y ciencias de la información se haga realidad para el beneficio de la población cajamarquina. Que está biblioteca sea un real centro coordinador de las bibliotecas de esta localidad, no sólo en nombre o en papel sino en la práctica, que integre, conecte y brinde el apoyo especializado a las diversas bibliotecas de Cajamarca para la promoción de la lectura. Como lo mencioné, no sólo es cuestión de abrir espacios y regalar libros, debe haber todo un trabajo minucioso para su mejor aprovechamiento: recopilación de la producción intelectual local, organización de la información, diseminación de servicios, entre otros.