El autor del reciente libro The Ministry of Truth. The Biography of George Orwell´s 1984 (Penguin Random House, 2019), el escritor británico Dorian Linskey, hizo el siguiente comentario a propósito de la posverdad y las elecciones presidenciales en Estados Unidos en el 2016, pero en relación directa con el universo de Oceanía retratado en la novela 1984 de George Orwell:
Durante la campaña de Trump contra Hillary Clinton, era difícil ver al candidato azotar a los partidarios en un grito de «¡Enciérrenla!» sin que me recuerden a los “Dos minutos de odio” y la descripción de Orwell de la mentalidad del partido: «Un continuo frenesí de odio a enemigos extranjeros y traidores internos, triunfo sobre las victorias y humillación ante el poder y la sabiduría del partido.
Linskey 2019, p. 276
Como advierte Linskey, la expresión emotiva “¡Enciérrenla!” que grita Donald Trump tiene una intencionalidad, que es la de provocar la antipatía de la gente hacia su adversaria política, y poder, de ese modo, conseguir más votos. No muestra ni pruebas ni evidencias que acusen a la candidata Hillary Clinton de haber cometido algún delito relacionado con temas de corrupción. Solo dice cosas que la gente quiere escuchar, que es otra forma de decir que la gente acepta que le mientan con relativa facilidad.
Posverdad y las emociones
El recurso más fácil para Trump es despertar el odio y el rencor: las emociones y las creencias ultra conservadoras van hacia adelante en relación a los argumentos y las evidencias objetivas. Líderes políticos como Trump, que mienten en cada discurso a las personas para amoldarlas a su forma de pensar y, por ende, homogeneizar el pensamiento, tienden a realizar este tipo de malas prácticas que nos llevan a releer, cada cierto tiempo, las advertencias de la novela 1984.
Este negacionismo a la verdad y apelación a las emociones y a las creencias implantadas, como las relatadas al inicio sobre la conducta de Trump, son características de una estrategia recientemente denominada posverdad, pero que ya son identificadas por Orwell en la novela 1984 cuando, por ejemplo, narra el impactante momento de los Dos minutos de odio.
El término posverdad se viraliza en la esfera pública en el año 2016 por haber sido elegida la palabra del año por el Diccionario Oxford, a partir de dos acontecimientos relevantes a nivel mundial: las votaciones del Brexit y las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. A partir de entonces es considerado como un nuevo instrumento de manipulación de la información, utilizado, principalmente, en la política y los medios de comunicación, que se caracteriza por apelar a las emociones y a las creencias de los ciudadanos, el negacionismo científico y la interpretación según los hechos alternativos.
Posverdad en 1984
Llegados a este punto, nos podemos preguntar: ¿cómo se relaciona la posverdad con el programa los Dos minutos de odio mencionado en 1984? Este programa se realizaba todos los días y se había convertido en un gran espectáculo público, en el cual los camaradas del partido Ingsoc (Socialismo inglés) se ubicaban en las sillas que estaban debidamente ordenadas en filas, y frente a ellos, una gigantesca telepantalla que mostraba el rostro de Emmanuel Goldstein, quien se había convertido en el principal enemigo del Gran Hermano, supuestamente, el primer hombre en rebelarse al partido, siendo, en un inicio, parte de ellos. El objetivo de exponer la imagen del traidor y de escuchar su discurso contra los principios del Ingsoc provocaba en el público una serie de reacciones que se iban intensificando conforme transcurrían los minutos: pasaba desde una mirada de desprecio hasta los gritos de rabia y asco hacia este personaje que nunca debió salirse de las reglas del juego del partido, ya que, a partir de su ruptura voluntaria, comenzaron a manifestarse más focos rebeldes.
Los miembros del partido escuchaban el discurso político de Goldstein, en el que les decía, de forma directa, que la revolución llevada a cabo por el Gran Hermano no produjo el cambio que había prometido, ya que la gente sigue dominada y explotada por un pequeño grupo de poder, y que el bienestar no ha cobijado a todos. Los camaradas solo reaccionaban con gritos e insultos, sin preguntarse si lo que decía Goldstein pudiera ser verdad. Estos últimos están tan adoctrinados que se han convertido en fanáticos extremistas que solo acatan los principios del Ingsoc.
Resulta interesante la reflexión que formula Linskey sobre el cinismo de los propios pobladores de Oceanía y la poca capacidad crítica que tienen para advertir lo que se transmite en los Dos minutos de odio. En buena cuenta, el engaño ya no depende solo de las noticias manipuladas, sino también de las creencias que se han instalado en los miembros del partido.
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Nota del editor: Este artículo está basado en la tesis La Ética de la información de Luciano Floridi aplicada a los problemas informacionales de la novela 1984 de George Orwell, sustentada por Liliana Fretel en la UNMSM.
Interesante tesis de licenciatura. «La Ética de la información de Luciano @floridi aplicada a los problemas informacionales de la novela 1984 de George Orwell». https://t.co/roAv8SagNw #LucianoFloridi #GeorgeOrwell @letrasUNMSM pic.twitter.com/k6FE5sQTy2
— Alonso Estrada Cuzcano (@aloestcuz) September 8, 2021
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Licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con experiencia en Gestión Documental y Archivística en instituciones públicas y privadas. Actualmente trabaja en el Archivo Central de la Unidad de Gestión Educativa Local N° 03 en Lima. Es integrante de la Asociación Peruana de Archiveros y Gestores de la Información (Asparg).
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