
En la opinión de algunos expertos, también nos encontramos ante una pandemia informativa. Solamente aquellos que conozcan las dinámicas de la producción científica actual podrán responder a las demandas.
Durante el primer cuatrimestre del año, el sistema de comunicación científica fue cambiando, los institutos de investigación y las editoriales más importantes a nivel mundial crearon portales web dedicados solo a la publicación de artículos científicos relacionados con COVID-19, evidenciando un incremento nunca antes visto en investigaciones sobre un virus en los últimos años. En el caso del primer brote del SARS (2002-2004) se publicó un máximo de 716 artículos; para los casos del virus Ébola (2014-2016) y Zika (2015-2016) durante el brote el número de publicaciones se incrementó de forma moderada, con menos de 1500 artículos.
En medio de esta ola de datos y publicaciones, los profesionales de la información tenemos un rol activo, pero realmente ¿a qué nos enfrentamos?, ¿dónde se está publicando toda esta información?, ¿podemos acceder a ella?, ¿qué porcentaje esta en acceso abierto? Las respuestas a estas preguntas nos van ayudar a tener un panorama general de los recursos que podemos gestionar al momento de asesorar a los investigadores.
“Estamos situados en el centro de la pandemia informativa”, afirma Daniel Torres-Salinas, investigador de la Universidad de Granada (UGR), quién realizo un estudio con la finalidad de obtener una visión global sobre el crecimiento diario de la producción científica sobre COVID-19, cuantificando el volumen publicado en bases de datos (Web of Science, Scopus, Dimensions y Medline) y el número de preprints publicados en repositorios. Los resultados demuestran que se añaden 500 artículos diarios a Dimensions y alrededor de 1.000 publicaciones semanales a PubMed. En el caso de los repositorios, se incluyó en este grupo a PubMed Central porque tiene todos sus contenidos en acceso abierto mediante la ruta dorada y cuenta con 1.398 publicaciones (34 %), mientras que los repositorios de la ruta verde como medRxiv 989 (24 %), SSRN 608 (24 %) y arXiv 286 (7 %).

El 91.4 % de los artículos que fueron publicados durante enero y abril se encuentran en acceso abierto, gracias al acuerdo que asumieron los principales editores e instituciones durante el brote del virus, así lo demuestra el estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que analizó 18.875 artículos indexados en Web of Science para conocer el uso y distribución del acceso abierto en artículos y referencias citadas entre países y organizaciones. Durante el periodo 2019-2020, China produjo el 32.50 % de las publicaciones mientras que Estados Unidos representa el 29.44 %. La interacción de coautoría entre países europeos con Estados Unidos es más pronunciada frente a colaboraciones con China. La Universidad de Hong Kong (456) y la Academia China de las Ciencias (343) son las instituciones con mayor número de publicaciones seguido del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (196) de los Estados Unidos.

Los resultados de las investigaciones confirman que la ciencia abierta tiene un papel importante dentro del desarrollo del conocimiento científico. A través de sus dos características principales (cooperación internacional y acceso abierto a las publicaciones) pueden contribuir decisivamente a obtener resultados en menos tiempo y de forma más efectiva. Lo importante es continuar con esta práctica después de la pandemia, una iniciativa que impulsa este escenario es el Plan S.
Los profesionales de la información estamos en tiempos de asumir nuevos retos, somos los encargados de dar la validación entre la información confiable y no confiable que utilizarán nuestros usuarios dentro de la avalancha de publicaciones que se está produciendo y asesorar a los investigadores en temas relacionados con ciencia abierta, datos de investigación, licencias alternativas, revistas depredadoras, identificadores persistentes, preprints, entre otros temas. La pandemia está logrando —y en algunos casos obligando— a incorporar la tecnología a nuestros procesos, retando nuestra capacidad de adaptación y aprendizaje, como diría Darwin: “Te adaptas o mueres”.
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Referencias consultadas
1. Belli, S., Mugnaini, R., Baltà, J. et al. Coronavirus mapping in scientific publications: When science advances rapidly and collectively, is access to this knowledge open to society? Scientometrics (2020).
2. Torres-Salinas, Daniel (2020). “Ritmo de crecimiento diario de la producción científica sobre Covid-19. Análisis en bases de datos y repositorios en acceso abierto”. El profesional de la información, v. 29, n. 2, e290215.
3. Zhang, L., Zhao, W., Sun, B. et al. How scientific research reacts to international public health emergencies: a global analysis of response patterns. Scientometrics 124, 747–773 (2020).
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Licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estudiante del Máster en Bibliotecas, Archivos y Continuidad Digital por la Universidad Carlos III de Madrid. Ex-becaria del Programa Iberex de Prácticas Formativas para Profesionales Iberoamericanos en Repositorios Digitales en Bibliotecas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España. Con experiencia profesional en repositorios digitales, metadatos, datos abiertos y digitalización en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Autoridad Nacional del Agua (ANA), Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).