Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.
Platón
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El 24 de julio de 2015 fallecía en Lima el bibliotecario peruano Bartolomé Gregorio Trejo Rodríguez, a los 68 años, víctima de una penosa enfermedad, dejando una estela de luz en su largo camino por el mundo terrenal. Vivió sus últimos años en el sector de San Fernando del populoso distrito de San Juan de Lurigancho, poblada por gente provinciana y emprendedora de los confines de nuestro país, quienes lo recuerdan como una persona solidaria, como un líder barrial.
Nació el 9 de marzo de 1947 en el distrito de Huallanca, provincia de Huaylas, departamento de Ancash. Era el segundo hijo de siete hermanos, hombre de profunda convicción religiosa como la profundidad del Cañón del Pato de su tierra natal.
Tempranamente conoció la necesidad de trabajar como sus padres y sus hermanos para salir de la pobreza provinciana. Pasó su infancia y juventud a orillas del río Santa en el distrito de Recuay, escuchando las canciones de Pastorita Huaracina y El Jilguero del Huascarán en una región rica en minerales, donde terminó sus estudios primarios y secundarios. Se casó con Hermelinda Tello y fue padre de cinco hijos: Daniel Eduardo, Gisela Sonia, Miguel Vladimir, Rosario Esther y Diana Soledad.
La noche estaba en todos los árboles y coloreaba el cielo huaracino, el brillo de los metales iluminaba su sueño de una vida mejor para su familia, cuando Bartolomé Trejo decidió trasladarse a la capital para trabajar y estudiar.
Hombres trabajando
Este letrero que se coloca en las obras públicas, Bartolomé Trejo lo llevaba colgado en el pecho. Sostener una familia numerosa le significó toda una vida de trabajo. Ni bien egresó de la Escuela Nacional de Bibliotecarios (1973-1976), ya estaba trabajando en la biblioteca especializada del IPAE en 1976. El tren de la vida lo llevó por varias bibliotecas buscando mejorar sus ingresos, pasando momentos difíciles divididos entre la compasión, la ternura y la angustia por el futuro.
Como miembro de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, su actitud y fe se fortalecieron para seguir adelante. Ese mismo año consiguió trabajar en la biblioteca escolar del Colegio Maristas del Callao, recurriendo al apoyo de colegas egresados como Segundo Soto, David Yépez, Fernando Pebe y su hermana Gloria Trejo, para cumplir con las exigencias del trabajo. Las necesidades de Bartolomé no eran poéticas como la de sus compañeros, los “vagos letrados”; las suyas eran puramente terrenales.
Con la experiencia adquirida en Lima, en 1979 retorna a Huaraz para trabajar en la biblioteca universitaria de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, UNASAM (1980-1987). Allí, además de organizar las colecciones y servicios, prepara un interesante curso de formación de usuarios. Su forma de trabajo no era sentarse en un escritorio, rodeado de diccionarios Larousse y enciclopedias Quillet. Trejo prefirió vivir la experiencia, la aventura de sentir en carne propia las necesidades de los estudiantes y fue a las aulas a enseñar los beneficios de visitar la biblioteca. También se dio tiempo para recorrer algunos pueblos, colegios y municipios para asesorarlos en la organización de sus bibliotecas y capacitar al personal encargado. La enseñanza se convirtió en la segunda pasión de su vida y su hermana Gloria en su mejor alumna. Bartolomé sabía cuál era su misión en la tierra y se entregó por entero a cumplirla.
El sueño limeño
Bartolomé fue consciente de que mejores empleos con mejores sueldos y más oportunidades de estudio para él y sus hijos, están en la capital, por eso volvió a Lima en busca del “sueño limeño”. Ingresó a trabajar a la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, más conocida como la Cantuta (1988-1990). Allí se sintió como pez en el agua porque volvía a las aulas para promocionar los servicios de la biblioteca. Se involucró en la vida política del país y participó de las marchas universitarias como un obrero del conocimiento; de saco y corbata, disertó en importantes eventos académicos.
Su carrera bibliotecaria no se detuvo e ingresó a trabajar en la Biblioteca Municipal Histórica de Lima Metropolitana (1990-1996). Como director de la biblioteca, organizó el I Seminario Metropolitano de Bibliotecas de Lima, que se realizó en la Sala Alcedo del teatro Manuel Ascencio Segura, llevándose a cabo del 21 al 26 de setiembre de 1990, con un éxito total. Fue una presentación de las necesidades bibliotecarias de la época donde se puso en escena el mal endémico de las bibliotecas municipales: falta de presupuesto y carencia de personal calificado, local adecuado y colecciones apropiadas, males que hasta hoy perduran.
La inestabilidad política y laboral de la época lo llevó a trabajar a Lince, siendo el primer bibliotecólogo contratado para que se haga cargo de la biblioteca municipal, organizando su colección y servicios. Más adelante regresó a la biblioteca universitaria de la UNE.
Su vida brillaba como los nevados de la Cordillera Blanca de su Huaraz querido y sus hijos siguieron estudios superiores. Cuando de pronto, una noche más oscura que una caverna de la Cordillera Negra, cayó sobre su familia. La temprana partida de su hijo mayor, Daniel Eduardo, de 33 años (15.02.08), ingeniero de sistemas egresado de UNMSM, dejó a la familia en una profunda depresión, fue devastador. Pero sabían que no podían derrumbarse y siguieron adelante.
“Cada vez que Bartolomé obtuvo un nuevo empleo, se alegraba como un niño que regresa a las faldas de mamá. Mi hermano era consciente que su legado de trabajo sería la mejor herencia que podía dejar a sus hijos”, me cuenta su hermana Gloria Trejo que trabajó a su lado en algunas bibliotecas como los Maristas del Callao, en la UNASAM de Ancash y formando bibliotecas escolares y municipales en Cátac, Carhuaz, Huaraz, Paucas, Cajamarquilla y Recuay. “Le doy mil gracias a mi hermano por haberme encaminado en esta tarea laboriosa y apasionante”. Hoy Gloria trabaja en la Biblioteca Pública Municipal de Huaraz.
La memoria de Bartolomé quedará viva para siempre en nuestros corazones. Descansa en paz, hermano de sueños y de la vida.
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Nació en Ayacucho. Bibliotecólogo de profesión con más de cuarenta años de experiencia. Narrador de cuentos, autor-editor de cinco obras de corte infantil-juvenil. Colabora en revistas y periódicos de Huaral. Gestor de los blogs: Bibliotecologia & Literatura, Crónicas de Pauza y Huaral Huaralín. Trabaja en la biblioteca del SENATI. Contacto: fpebe9@yahoo.com
De los colegas combatientes cómo pocos.
Agradezco sobremanera esta hermosa reseña hecha con tanta nostalgia y cariño para mi hermano Bartolomé. Soy testigo de su compromiso para con las bibliotecas, daba todo de sí. Me dejó su aprendizaje y sus grandes motivaciones para hacer de nuestra patria un país con bibliotecas, sobre todo para aquellos pueblos carentes de todo. Era un gran hermano y una gran persona y un gran profesional, así lo recuerdo y así también lo reconocen sus amigos, los que lo conocieron en sus andanzas. Él estará siempre en nuestros corazones.
Como pocos, se atrevió dejar Lima para construir bibliotecas y formar bibliotecarios en el Perú olvidado. Un grande!!!
Recuerdo que Bartolomé fue mi primer empleador, me contrato para que lo ayude organizar la biblioteca escolar de los maristas del Callao, donde cobre mi primera mensualidad. Escrebí una crónica sobre mi primer cheque.
Tuve el honor y dicha de concer a nuestro colega Bartolomée Trejo, hombe integro que entrego su vida a la profesión bibliotecaria y docente.
Que honrada debe sentirse toda su familia y al lado de un hombre exitoso hay una mujer invaluable fuerte y decidida cómo es su esposa, y resultado de ello están sus hijos que son muy buenos y trabajadores, a los cuales tengo la dicha de conocer.
Eres un orgullo tío, fuiste un grande
Dios te tenga en su gloria ❤️
Fructífera vida de los andes a la costa dejando escuela y visibilizando nuestra profesión, me tocó armar la nueva biblioteca de la Municipalidad de Lince, sin saber que Bartolomé Trejo fue el primer bibliotecario que la tuvo a cargo, sentido homenaje Fernando, a un colega que hizo camino al andar
Mi enciclopedia andante como te decía. Eras un Lexus o un Atlas. Orgullosa de ti padre , de tus origenes, de tu esfuerzo diario. De tu rostro al ver la obra la Hormiguita que queria ser escritora.La emoción como las narrabas,me imagino el cielo junto a nuestro Oscar Colchado Lucio y nuestro cholito de los andes mágicos.Gracias por tanto =)
Gracias Fernando Pebe. Por este Homanaje a un grande a mi padre.La foto de la protesta de la Une y la identificación con los problemas sociales.Ahora soy Yo ,San Marquina quien sale a las protestas tu voz no se apagara, el amor por lo nuestro y nuestros origenes.Gracias Pa.
Un ejemplo a seguir muchas gracias ? por todas tus enseñanzas tío siempre te recordaremos por las ganas de seguir luchando y creando más bibliotecas un abrazo hasta el cielo ?
Mi recordado hermano,busco pueblos olvidados para dejar Buena enseñanza a.los estudiantes,organizar su biblioteca, cómo el quiso
Felicitaciones estamos muy agradecidas por homenajear al maestro Bartolomé Trejo que hizo escuela en la biblioteca de nuestra casa superior de estudios UNE. Sinceramente muchas gracias.