Un hombre que debía ser leal al rey de Francia por ser de su círculo más cercano, poseía en su biblioteca personal libros filosóficos que cuestionaban la figura divina del monarca. Conferencia del 25 de setiembre por María Susana Seguin en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno de Argentina.
María Susana Seguin, doctora en Literatura Francesa por la Université Paris IV-Sorbonne y miembro permanente del Instituto de Historia del Pensamiento Clásico de la Escuela Normal Superior de Lyon, presentó la ponencia titulada «Curiosidades de una biblioteca de aristócrata: la colección de manuscritos del duque du Châtelet», en el marco del ciclo de conferencias «Las colecciones bibliográficas especiales» que organiza la Biblioteca Nacional Mariano Moreno de Argentina.
En su presentación, Seguin expone los rastros que ha seguido de los libros esparcidos y pertenecientes a la biblioteca personal de Louis Marie Florent de Lomont, duque du Châtelet. En los enardecidos años de la Revolución francesa, el pueblo confiscó la mansión y los bienes de este aristócrata, incluida su biblioteca, de la que se realizó un inventario que contaba más de 1500 manuscritos encuadernados. Posteriormente, serían repartidos entre diversas instituciones y bibliotecas. En la actualidad, parte de esos libros han sido ubicados gracias a las características particulares de su encuadernación.
Los libros estaban escritos a mano por una razón: su crítica racional a las enseñanzas religiosas. Téngase en cuenta que antes de la revolución las imprentas estaban controladas por el régimen monárquico y no se podía imprimir nada que vaya en su contra. Por lo tanto, las ideas se difundían de forma clandestina.
Pero, ¿quién era el duque du Châtelet y por qué nos debe importar su colección de libros manuscritos? En principio, el estudio de las colecciones especiales antiguas permite aproximarse a la historia de las ideas, en este caso, vinculadas a la Ilustración. En segundo lugar, porque el duque du Châtelet no fue cualquier personaje. Fue hijo de Émilie du Châtelet, destacada intelectual quien tradujo al francés los libros de Newton y amante de Voltaire. Esta mujer, nos cuenta Seguin, también escribió algunos manuscritos, entre ellos, la crítica a la Biblia capítulo por capítulo, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
De este modo, el duque du Châtelet habría crecido con alguna influencia de ambas figuras ilustres, pero no podía demostrarlo, sino más bien todo lo contrario, pues era un personaje político al servicio del rey. Seguin comenta:
«Este trabajo nos ha permitido identificar dentro de la gran colección del aristócrata duque du Châtelet —jefe del regimiento del rey, embajador de Francia, que tuvo que defender al rey contra el pueblo el 14 de julio[1]—, una de las colecciones más ricas identificadas hasta el día de hoy de manuscritos contra la religión, y quien dice “contra la religión” dice “contra el poder real”, puesto que la figura del rey de Francia era una monarquía de encarnación divina. Atacar a la religión era también poner en duda la legitimidad del rey».
Lo que no se ha resuelto es si los libros “antirreligiosos” del duque fueron todos adquiridos por él o heredados por su madre. El duque sería detenido en setiembre de 1973 y guillotinado junto con su esposa el 13 de diciembre del mismo año. No dejaron prole.
Seguin cierra su conferencia mencionando que este tipo de estudio no sería posible sin la vinculación muy estrecha de los historiadores, literatos y filósofos con los profesionales del patrimonio documental, entre ellos, los bibliotecarios y archivistas. Esta ponencia resultará sumamente interesante para aquellos amantes de los libros antiguos.
[1] 14 de julio de 1789: Toma de la Bastilla
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