“La presencialidad va a ser lo menos común”, dice Víctor Vilca Borchani, poseedor de una amplia hoja de vida, con estudios de posgrado en España, Panamá e instituciones del Perú como ESAN, donde siguió Fabricación Digital con Tecnologías Emergentes, diplomado vinculado nada menos que al Massachusetts Institute of Technology. Vilca Borchani es experto en programas de capacitación en entornos presenciales y virtuales, políticas educativas y gestor de proyectos de tecnologías de la información y comunicación. Además, ejerce como profesor universitario, capacitador y empresario. No obstante, sus primeros cinco años de educación superior los realizó en la Escuela de Bibliotecología y CC. I. de San Marcos. “El mejor lugar donde he podido conocer la realidad del Perú profundo es en San Marcos”, comenta. Y, precisamente, sobre la realidad de la educación virtual en el Perú tratamos con él en esta entrevista.
¿Educación a distancia y educación virtual son lo mismo?
No. La educación a distancia es que el cartero venga y te entregue los manuales y los libros porque vives en un lugar superalejado, entonces desarrollas tus tareas, luego el cartero recoge todo lo que has hecho y lo lleva al centro de enseñanza donde tu asesor lo revisa. Son los famosos cursos por correspondencia. Este concepto nació en los años 50, muy influido por una generación de hijos de la guerra, generaciones que quedaron huérfanas después de que murieran más de 40 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo educar a todas esas personas? No había escuelas porque habían sido bombardeadas. Eran ciudades desiertas y tenían que seguir las clases.
Es curioso porque mencionas que había ciudades desiertas a causa de la guerra. Era un momento crítico y hoy pasa casi lo mismo. También hay ciudades desiertas por la pandemia. Lo que hace ahora el Estado, ¿te parece educación a distancia o educación virtual?
El concepto de educación a distancia ya lo tienes claro, no necesariamente es mediado por tecnología, mientras que la educación virtual sí utiliza tecnologías de información y comunicación. Pero que en el Perú se esté haciendo ahorita educación a distancia o educación virtual, si me preguntas a mí, tendría que hacer sus bemoles, porque la educación es un proceso formativo donde se desarrollan una serie de competencias, habilidades y aptitudes. Para ello, al menos en la realidad peruana, la presencia física del profesor y los alumnos en determinado espacio es necesaria. ¿Cómo enseñas valores? ¿Cómo enseñas a ser un buen ciudadano? Cuando vas al colegio hay espacios de socialización, desarrollo de habilidades blandas y duras que no son otra cosa que paseos de aprendizaje donde los alumnos necesitan, ellos mismos, tener experiencias. Tú me preguntas si con una o dos horas de televisión ya se está hablando de educación, te diría que no, porque no hay un espacio donde el alumno se desarrolle como persona.
Quieres decir que hay cosas de la educación que son exclusivamente presenciales…
Educación inclusiva, para la vida, la equidad, desarrollo de habilidades blandas… ¿Cómo podrías desarrollar eso en un escenario virtual? Puede haber cursos que se adapten, pero el niño necesita socializar. Nosotros no crecemos aislados. Ahora, hay una diferencia con la formación superior. La educación superior busca el desarrollo de competencias laborales. En el caso de la educación superior en el Perú, yo noto que ha habido más inversión en temas de tecnologías para el desarrollo de estas competencias laborales. Pero ahora se promociona que los alumnos van a recibir computadoras, aunque si no tienes internet lo vas a ver por televisión o celular. Y la gente lo acepta porque no sabe que detrás de eso se necesita infraestructura tecnológica. Un celular por sí mismo no es nada si no está conectado a una red, y para que una red exista tiene que haber una antena, cableado, protocolos, permisos, ancho de banda, repetidores de señal… Si es una zona muy montañosa, la internet regular no va a llegar. Si en Lima Metropolitana tenemos problemas de cobertura en distritos que están detrás de cerros, imagínate en zonas altoandinas o la selva. ¿De qué sirve dar computadoras o celulares que son simplemente terminales si no se ha invertido en infraestructura tecnológica?
El capital humano es otro asunto, ¿no?
Esa es otra cosa. Dime, ¿qué profesor de educación básica regular ha recibido formación en los últimos años sobre cómo ser un alumno virtual o cómo ser un profesor virtual? Por si acaso, el llevar un curso virtual implica un nivel de compromiso muy superior al nivel presencial. Es más trabajo para el alumno y es más trabajo para el profesor. Ahí hay necesariamente el desarrollo del trabajo autónomo. Dime tú, ¿qué alumno de educación básica regular tiene metido el chip de ser protagonista de su propio aprendizaje? Él debe definir sus propios horarios de desarrollo de trabajo, ampliación de información y entrega de tareas.
Pero está alejado de la exigencia que le impone la escuela…
Exacto, porque a nivel presencial hay horarios, periodicidad y, sobre todo, hay retroalimentación. El alumno ahora se está sentando frente al televisor a ver una o dos horas a personas que, además, no son profesores; tenemos actores y actrices, pero no vemos pedagogos. Una sesión de aprendizaje tiene momentos. La clase no termina hasta que el alumno, el profesor y el resto de los compañeros confirman que han logrado desarrollar ese aprendizaje que estaba programado para esa sesión.
Por si acaso, el llevar un curso virtual implica un nivel de compromiso muy superior al nivel presencial. Es más trabajo para el alumno y es más trabajo para el profesor.
A grandes rasgos, ¿cuáles son los costes de la educación virtual?
Lo que se está haciendo ahora es agarrar las tecnologías que no implican una inversión alta y tratar de utilizarlas para suplir la programación. Tú sabes que en educación hay un dicho: «Lo que no se programa no se hace». El colegio tiene que entregar su programación al Minedu, quien revisa esa programación y la aprueba. Entonces, algo que ya está aprobado para educación presencial, se está intentando pasar a educación virtual, pero los profesores y los alumnos no están formados, y las tecnologías no están masificadas. Si algo bueno podemos sacar es que estamos a tiempo de agarrar presupuesto y dirigirlo a necesidades reales: infraestructura, capacitación y utilizar todos los medios que el Estado tiene para que esta educación sea realmente masiva. No estoy diciendo que estoy en contra de que se den computadoras a los alumnos; eso está muy bien. Pero no va a servir una computadora si no tienes conectividad y si el docente no tiene las habilidades para ser docente virtual.
¿Qué nos falta?
Nos falta capacitación, infraestructura y sobre todo normativa. Lo que necesitamos es una ley de formación virtual peruana. Si hay una ley, hay un reglamento que es de cumplimiento general; si hay eso, ya se asigna el presupuesto, el personal, se realizan las convocatorias que deberían hacerse y todo lo demás. Si no existe una ley y un reglamento que norme cómo debería ser la educación virtual en colegios de educación primaria, secundaria, centros, institutos, universidades y escuelas de posgrado no vamos a tener nada. Todo se hace a partir de una ley.
Delimitando un poco más el tema, la biblioteca escolar, sobre todo en el sector estatal, siempre ha quedado al margen; sin embargo, los buenos bibliotecarios son expertos en información, no solo impresa, sino en recursos digitales y búsqueda de información en Internet. ¿No será tiempo de insertarlo de una vez por todas en el motor educativo con una participación verdaderamente activa?
Aunque no lo creas, la biblioteca escolar en el papel tiene un rol preponderante y, a nivel mundial, es apoyada por la IFLA. Lamentablemente, si no hay un bibliotecario escolar con una formación en Bibliotecología, pues las bibliotecas son almacenes, lugares donde se da el famoso Plan Lector o los bancos de libros. El encargado de la biblioteca termina siendo un banquero. Simplemente es un espacio donde los alumnos tienen algunas sesiones de clase utilizando algunos materiales, pero no hay una mediación, cuando sabemos que uno de los fines de la biblioteca escolar es el desarrollo de habilidades informativas y formativas.
Precisamente, el presidente Martín Vizcarra ha dicho: “Quien tiene acceso a internet, tiene mayor capacidad de acceso a la información, por eso estamos corrigiendo estas brechas y desventajas.”
Eso es un mito. Tener acceso a internet naturalmente no te hace accesitario a la información, no te desarrolla habilidades en búsqueda, operadores booleanos, análisis, síntesis, extrapolación…. Inclusive las habilidades tienen niveles. La habilidad más compleja es el juicio crítico, cómo entender una realidad con los medios y todo el análisis de información que eso implica. Sabemos que las habilidades informacionales son apoyadas por biblioteca, pero también vienen dentro del curso de comunicación. Te pediría que revises lo que está haciendo Chile, que tiene un portal educativo donde todo lo que está en el portal «Aprendo en casa» es lo mismo, pero Chile te da los materiales a texto completo y en formato digital, descargable.
Pero la educación no es tan gratuita en Chile…
Sí, pero es lo que ha salido a partir de la cuarentena. ¿Qué pasa con el Perú? ¿Por qué los libros de las editoriales aquí no se pueden editar en digital para todos? Si entras a «Aprendo en casa» vas a ver que no hay libros. Hay guías, hay manuales, pero no hay libros porque el mercado editorial en el Perú es todo un tema. ¿Qué se hace si queremos darles a todos? ¿El Estado tendría que pagar a las editoriales para que un solo libro pueda ser digitalizado y utilizado? Si algo bueno estamos sacando es que nos estamos viendo en nuestro reflejo. Nos estamos dando cuenta que educación, salud y seguridad no han estado teniendo los presupuestos que deberían tener: 6% para el sector educativo, del cual no todo se ejecuta… No tenemos capacidad de ejecución; las plazas para gestores y administrativos deberían ser ocupados por personal capacitado con maestrías en las mejores universidades para que puedan gestionar mejor los recursos.
La situación ha permitido ver la realidad y en general la acción del Gobierno es una acción reactiva. Si hubiésemos podido tener una bola mágica y adivinar que se venía todo esto, ¿nos habríamos realmente preparado?
Podemos hacerlo todavía. Podemos hacerlo… Estamos a tiempo. Tenemos los recursos, lo que no tenemos es capacidad de gestión. Estamos gastando mucho dinero en satisfacer las demandas visibles en el público, pero no estamos satisfaciendo los problemas de base. Estamos casi rogándole a los canales de televisión que pasen una hora o dos cuando el dueño de la señal es el Estado. Debería haber una ley que le indique a los canales de señal abierta con mayor sintonía que, al menos el 50% de su programación, sea educativa.
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Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medio Ambiente y Salud por la Universidad Carlos III de Madrid. Licenciado en Bibliotecología por la UNMSM. Áreas de interés: periodismo científico, repositorios institucionales e industria editorial. Contacto: cesar_023@hotmail.com