Cada director de la Biblioteca Nacional ha tenido siempre un proyecto prioritario. Sinesio López ejecutó el traslado a San Borja, Ramón Mujica emprendió una campaña para recuperar libros perdidos y Ezio Neyra dejó implementada una sede en Cajamarca. Cuando le preguntamos a la actual jefa institucional de la BNP, Fabiola Vergara, cuál es su proyecto prioritario, nos respondió: “Quisiera fortalecer la descentralización, una descentralización que sea sostenible y que eso permita que más voces a nivel nacional sean escuchadas, que se sientan acogidas, que se sientan parte de esta historia que es la Biblioteca Nacional del Perú”.
En Memorias de Adriano, novela escrita por Marguerite Yourcenar, el emperador Adriano, uno de los grandes administradores de la antigüedad, dice las siguientes palabras: “Quería el poder. Lo quería para imponer mis planes, ensayar mis remedios, restaurar la paz. Sobre todo, lo quería para ser yo mismo antes de morir”. Fabiola Vergara tiene en sus manos la posibilidad de aplicar también sus propios remedios, pero su estilo de liderazgo no es autocrático. “Estar en una posición de liderazgo te permite estar rodeado de personas con muchas capacidades, con muchos conocimientos y probablemente más inteligentes que tú y eso hay que aprovecharlo. Se trata de trabajar en equipo y de ir todos juntos”, afirma.
Como bibliotecóloga de profesión, llegar a ser jefa institucional de la BNP siempre estuvo en su línea de carrera, para lo cual se preparó. Trabajó en distintos tipos de bibliotecas aprendiendo de sus jefes y luego ejerciendo liderazgos, lo que la llevó a estudiar un MBA en la Universidad del Pacífico. Pero su motivación no era solo la aspiración ejecutiva, sino la realidad de nuestras bibliotecas. “Veía que en otros países existen modelos de bibliotecas públicas que te dejan ciertamente admirada y con la sana envidia de decir por qué no se puede tener eso en el Perú, por supuesto, bibliotecas que respondan a las necesidades y a las características propias de la comunidad a la que sirven, porque no necesariamente una biblioteca pública por muy admirable que nos parezca, de repente de Europa, ese modelo tal cual va a funcionar aquí”.
Su otra motivación es demostrar el valor de su profesión. Frente a autoridades y en cualquier espacio de conversación siempre declara con orgullo que es bibliotecóloga. Eso no quiere decir que sea una soldado gremial, más bien cree que trabajar con otros profesionales es enriquecedor: “Cuando uno ejerce la bibliotecología, empieza a adoptar esos conocimientos que tienen las otras profesiones, si es que uno trabaja, digamos, en una biblioteca de derecho, de pronto empiezas a entender términos jurídicos y te involucras porque eso es lo que hace un bibliotecólogo y un bibliotecario, involucrarse con la comunidad… Necesitamos ser conscientes de que somos una profesión que debe abrazar las demás profesiones y que siempre debemos trabajar con la multidisciplinariedad”.
[Entrevista: César Chumbiauca Sánchez; apoyo: Wendy B. Flores; nuestro agradecimiento a Claudio Poma de la BNP por las fotografías]
Sobre el Sistema Nacional de Bibliotecas (SNB), ¿cómo es que funciona? Antes funcionaba a través de centros coordinadores. Luego vino un cambio en el ROF de la Biblioteca Nacional y a partir de ahí, ¿cómo es que está pensado el desarrollo del SNB?
Existe un documento técnico que es la estrategia para implementar el SNB que va al año 2030 y que tiene seis ejes. Este documento tiene puesto el foco en las bibliotecas públicas municipales porque advertíamos un decrecimiento y eso lo que hace es restringir el ejercicio de los derechos ciudadanos a un acceso democrático al libro, a la lectura y, por supuesto, a las bibliotecas. Por esa razón hicimos este enfoque, que de hecho lo trabajamos desde la gestión de Ezio, pero es un documento que en la práctica va teniendo ajustes conforme se va avanzando, como todas las estrategias. Nos toca ahora revisarlo de cara a la Política Nacional del Libro, la Lectura y las Bibliotecas… Lo primero que ya conseguimos es detener el cierre de más bibliotecas.
¿Cómo se ha conseguido eso?
Justamente haciendo un trabajo de gestión territorial, conversando con las autoridades y estando atentos a los bibliotecarios que son los que nos avisan: “Quieren cerrar la biblioteca”. Ahí enviamos una comunicación para conversar con las autoridades y ofrecerles algunas salidas. Otro tema ha sido la compra de libros que hace la Dirección del Libro y la Lectura para entregar anualmente módulos bibliográficos a los gobiernos locales, eso ha permitido decirles: “Toma los libros, mantén tu biblioteca funcionando, vamos a estar en contacto”.
Enfocamos en tres ejes este apoyo: el acompañamiento técnico para que las bibliotecas sean creadas vía ordenanza municipal, para que estén en los documentos del POI y para que cumplan los estándares de bibliotecas públicas; luego, en el fortalecimiento de capacidades y capacitaciones al personal bibliotecario; y, tercero, es la entrega de los módulos bibliográficos, ya sea por la compra que hace la DLL o también por módulos bibliográficos que entregamos desde la Biblioteca Nacional. Lo que buscamos es que se creen estas bibliotecas formalmente y así hemos logrado la creación de 50. El siguiente paso es que las autoridades que van a entrar a los gobiernos locales ejecuten la implementación, es decir, que cumplan con la ordenanza que ha sido adoptada en sesiones de consejo. Por otro lado, se están creando las redes de bibliotecas y todavía se sigue trabajando con los centros coordinadores.
¿Todavía?
Sí, tenemos centros coordinadores, pero estamos en un proceso de evaluación porque no se hizo este acompañamiento; tenemos que retomar eso y la creación de las redes. Ya se han creado 14 redes que nos permiten poder atender a grupos de bibliotecas y bibliotecarios.
He visto que han salido algunas normas alguna vez, pero seguían reduciéndose el número de bibliotecas. Es muy importante el elemento motivador, incluso hasta es mejor que una norma, pero…
Lo que pasa es que, justamente, lo que advertimos en esta revisión de las bibliotecas, sobre todo las bibliotecas cerradas, es que no estaban en los instrumentos de gestión. Para empezar, no habían sido creadas formalmente. Se habían abierto porque a alguien le gustó la idea, pero nunca le dieron un punto de partida. Además, ¿qué es una biblioteca para ellos? Un estante de libros y una mesa no es exactamente una biblioteca. Luego, como no estaban en los instrumentos de gestión, por ejemplo, en el POI, un gobierno local dice: “Tengo que priorizar. Voy a priorizar sobre las responsabilidades que tengo y que están en mis instrumentos de gestión porque son los indicadores sobre los cuales me van a evaluar”. Por eso es muy importante para nosotros, como parte de la estrategia, que las bibliotecas sean formalmente creadas y se encuentren dentro de los instrumentos porque de esa manera garantizamos que las prioricen en el momento de toma de decisiones.
TOME NOTA
Si advierte que la biblioteca municipal de su distrito está por ser clausurada, comuníquese con la BNP:
Teléfono: 01513-6900 anexo 7249
Correo electrónico: snb@bnp.gob.pe
Las oficinas de la Dirección de Desarrollo de Políticas Bibliotecarias se encuentran en el edificio institucional de BNP en la Av. de la Poesía 160 – San Borja.
También puede establecer un primer contacto a través de las redes sociales de la institución.
La Biblioteca Pública Digital es una de las plataformas que ha tenido bastante acogida. Tiene como 50 mil usuarios registrados y más de 3 millones de búsquedas. Es un buen servicio. Yo mismo lo uso con frecuencia. ¿Es una plataforma externa?
Sí, es un servicio.
¿Y es oneroso para el presupuesto de la Biblioteca Nacional?
No sé si el término sea oneroso, pero evidentemente se ha analizado costo-beneficio y, por supuesto, es muy beneficioso.
Importante: análisis costo-beneficio. ¿Y se ha planteado, tal vez más adelante, que la Biblioteca Nacional tenga su propia plataforma?
La Biblioteca Nacional tiene su plataforma que es la BNP Digital. Y no solamente esa, sino cinco plataformas más, pero que persiguen fines diferentes con colecciones diferentes. En la BNP Digital tenemos los fondos digitalizados, más de 71 mil documentos, muchos de ellos fotografías, partituras, manuscritos y libros que están libres de derechos de autor. A partir de ese gran repositorio que es la BNP Digital tenemos otras plataformas, como un sitio en Google Arts & Culture, Memoria Perú y la revista Fénix, que justamente la hicimos en una plataforma OJS para los fines de indexación que ya lo logramos, al menos la primera indexación, nos faltan las demás.
En el caso de la Biblioteca Pública Digital es diferente porque es un servicio que garantiza la protección de los derechos de autor. Cuando tú has leído, imagino en la app, no puedes hacer captura de pantalla ni descargar un libro que está protegido. El servicio incluye además poder seleccionar libros de un marketplace inmenso de distintas editoriales del mundo. Supongamos que pudiéramos desarrollar una plataforma, que no es nuestro core, ojo, la Biblioteca Nacional no tiene la función de desarrollar plataformas, pero supongamos que lo hacemos: tendríamos que garantizar la seguridad de estos libros para mínimamente acercarnos a una cantidad de editoriales y suscribir sus contenidos, porque generalmente no lo venden a perpetuidad, y garantizar que por ningún lado nos vulneren o nos hagan un ataque cibernético porque eso le jugaría en contra a la imagen de la Biblioteca Nacional. Sería muy perjudicial.
Los derechos de autor…
Con este servicio que hemos contratado resolvemos todos esos temas, porque nosotros, como Biblioteca Nacional, no tenemos ninguna responsabilidad ante cualquier problema que pueda tener la plataforma porque es externa. Lo que sí logramos y garantizamos es brindar un servicio eficiente que llegue a todo el Perú, un servicio que usa una poca cantidad de datos porque necesitas el mínimo de internet para prestarte un libro y luego, durante los siguientes 14 días, no necesitas internet para leerlo.
Ahora que es jefa institucional, ¿cómo recibe de parte de sus colegas las felicitaciones por los logros y también las críticas por parte de un sector?
Bueno, como lo debe tomar cualquier profesional, creo yo. Primero, agradecida porque todas las voces sirven para reflexionar, pero confiada también en que las decisiones que tomo con mi equipo tienen un sustento, por lo tanto, me reafirmo salvo que no haya advertido algo y ahí es importante revisar. Los saludos me llenan el corazón y las críticas las evalúo rápidamente si es que tienen sustento, pero si mis decisiones tienen la firmeza suficiente, como de manera consciente lo hago, sigo adelante.
En la última entrevista de la revista Otlet, conversando con la presidenta de la Asociación de Bibliotecólogos del Perú, le preguntaba precisamente si tenían una actitud confrontacional con la BNP, me explicó que no, que solamente estaban reclamando algunas cosas; sin embargo, insisten e incluso nos han enviado una carta en la que indican que no se está solucionado todavía los pagos para los pensionistas.
Lo primero que quisiera decir, y les agradezco por haber publicado la nota que les enviamos, es que las pensiones se pagan puntualmente. Los pensionistas están recibiendo su pensión. Eso sí es importante que quede claro. Pero, efectivamente, hay una deuda, unos devengados que se generaron hace ya varios años atrás y que efectivamente fueron reconocidas por el Estado, porque no es una problemática solamente de la Biblioteca Nacional. Esos devengados es algo de muchas instituciones del Estado, y lo que se dijo mediante un decreto de urgencia es que las personas, los beneficiarios o los afectados por estos devengados no necesitaban ir a un proceso judicial, sino que las instituciones de oficio deberían ir pagando, pero hay ciertos parámetros que da el MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) para hacerlo.
Cuando el Estado asigna un presupuesto, no lo asigna en una bolsa. Te dice que tienes tanto para esto y bajo responsabilidad no puedes tomar de un lado y mover a otro, o sea, hay una serie de partidas restringidas. Entregan, sí, unos fondos, por ejemplo, para pensiones que se pagan puntualmente. Y, en este caso, lo que dicen es que prioricen de sus propios fondos para que vayan pagando esta deuda. ¿Qué ha sucedido? Lo vimos en una nota que sacó El Comercio. La Biblioteca Nacional ha tenido un recorte presupuestal en los últimos cuatro años que no ha permitido ni siquiera alcanzar todos los pagos y mantenimientos que deberían hacerse año a año, por lo tanto, si no alcanza ni para la sostenibilidad, ¿cómo priorizar?
Sin embargo, hay otras salidas que exploramos, que son vía pedidos de demandas adicionales, vía de buscar algunos financiamientos sobre todo hacia fin de año que permitieran ir pagando, principalmente, los casos judicializados, porque cuando llega un caso judicializado viene con un mandato que, si no se paga, la institución podría tener algunos problemas. Entonces sí se ha ido pagando, lo he priorizado en mi gestión. Yo asumí la gestión hace nueve meses, terminando el año pasado, en ese momento no había ningún fondo para poder priorizar, pero ahora sí hemos encontrado unas vías para priorizar los pagos hacia fin de año, y ya hemos hecho también pagos ahora mismo a través de una gestión que hicimos ante el MEF. Nos asignaron recursos específicamente para eso.
También hay otros comentarios sobre los que me gustaría preguntarle. Hay dos bibliotecólogos, Sandro Tucto y Brenda Torrejón. Ambos me parece que son entusiastas y demuestran su amor por la profesión. Sin embargo, tanto Sandro es director de la Dirección de Acceso y Promoción de la Información y Brenda es coordinadora del equipo de Servicios Bibliotecarios, y lo que cuestionan algunos colegas es si ambos tienen la suficiente experiencia profesional, grados académicos y producción intelectual en el rubro en el cual están trabajando. ¿Qué responde a esas críticas?
Bueno, existe una ley de idoneidad. Sandro, Brenda y todos nosotros hemos pasado por una evaluación que no solamente es interna, es una evaluación al sector, es decir, va a Cultura. Esa información es pública y transparente y sí cumplen con el perfil; si no lo cumplieran no podrían estar trabajando aquí.
Las críticas mencionan si era una cuestión de amigos, que dónde estaban los méritos. ¿Esto no es así?
No, pero todas las instituciones públicas tienen un porcentaje a los que se les llama cargos de confianza. La Jefatura Institucional puede determinar un cargo de confianza siempre y cuando cumplan con la ley, yo no puedo simplemente decir “entra”. Los cargos de confianza están por una razón y esa razón es que, al tener una visión, al querer trabajar en conjunto, necesitas tener pilares y necesitas, justamente, a personas de confianza. Yo confío en Sandro y también en Brenda y en todas las personas que me rodean como cargo de confianza a quienes he designado y a quien he ratificado. Confío en ellos.
¿Qué es lo que se viene? ¿Cuáles son los nuevos proyectos de la Biblioteca Nacional?
Se vienen cosas muy bonitas, sin embargo, no son tan inmediatas, así que no puedo anunciarlas, pero sí les puedo decir las líneas. Vamos a trabajar algo muy fuerte en la BNP Digital, en plataformas digitales, algo que creemos que va a estar muy bien. En particular, me interesa el tema de bibliotecas digitales, he trabajado en ellas desde hace más de quince años y mi informe profesional para obtener mi licenciatura fue precisamente sobre plataformas digitales; me interesa, me gusta, me apasiona, y vamos a poner un énfasis especial.
También estamos trabajando muchísimo con Catalina Zavala, directora de la Dirección de Gestión de las Colecciones. Estamos trabajando mucho en el fortalecimiento de esa parte, no solamente en la desconcentración del depósito legal y el fortalecimiento de todo ese proceso de adquisición, sino también en las reglas de catalogación. Ahí Catalina es una experta, conoce los temas de RDA.
Le estamos poniendo énfasis también al Sistema Nacional de Bibliotecas, y, en cuanto al patrimonio bibliográfico, que está a cargo de la Dirección de Protección de las Colecciones, estamos trabajando en los temas de declaratorias de patrimonio, en un control de existencias —sobre todo de la colección del fondo antiguo—, y en una verificación en los temas de registro. Lo estamos abordando además por colecciones, porque este control de existencias, en algunos casos, se propone para que sea declarado patrimonio cultural de la Nación, y, en otros, son usados para los libros que publicamos. Tenemos un sistema por el cual identificamos una colección o un autor, lo investigamos, lo digitalizamos en los casos que se pueda, y, a partir de ahí, se producen publicaciones, exposiciones, un micro sitio como Memoria Perú o un sitio para Google Arte y Cultura. Desde una joya bibliográfica se abren distintas formas de acercar y generar esta apropiación del patrimonio.
Los investigadores se lo van a agradecer.
Y no solamente los investigadores, porque cuando pones los temas de patrimonio en términos de un enfoque pedagógico, como hacen los museos, entonces el público crece. Ya no solamente es para los investigadores.
Es lo que llaman la democratización. La Biblioteca Nacional siempre ha tenido el dilema entre elitizar el patrimonio o abrirlo y es bueno que se abra.
Sí, y yo particularmente soy muy poco elitista, así que voy por el otro lado, por la democratización.
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Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medio Ambiente y Salud por la Universidad Carlos III de Madrid. Licenciado en Bibliotecología por la UNMSM. Áreas de interés: periodismo científico, repositorios institucionales e industria editorial. Contacto: cesar_023@hotmail.com